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Mi cama parecía que me abrazaba sintiéndose tan cálida negándome a pararme para ir a trabajar pero mi celular no dejaba de sonar, lo raro es que no sonaba como si fuese mi alarma, si no que notificaciones, mis ojos pelearon contra los rayos del sol intentando acostumbrarse, sin fuerzas agarré mi celular para intentar ver lo que decía la pantalla.
*5 llamadas perdidas de Nicholas* *8 mensajes de Nicholas* *2 buzón de voz de Nicholas*
Fruncí mi ceño al ver esas notificaciones, el simple hecho que Nicholas me haya marcado más de una vez era extraño, aun si quiera haber procesado las notificaciones o al menos ver q decían mi mente empezó a maquinar miles de escenarios terroríficos así que rápidamente lo llamé asustada y con el corazón en las manos con miedo de que sea algo grave
— Bueno? — la voz de Nicholas sonó en el teléfono tan tranquilo que me hizo enfurecer
— Mierda Nicholas!! me asusté por tus llamadas, pensé que te había pasado algo grave, tú nunca marcas más de una vez y me preocupé — hable algo histérica ante su tranquilidad
— Al menos viste los mensajes? —
— No... — me quedé pensativa
— PUES VELOS! — la voz de Nicholas fue fuerte pero lo dijo algo tarde por que yo ya estaba viendo los mensajes que decía que quedé en el cast, que hubo muy pocas actrices y que fui la mejor de las que había
no tenía voz para hablar, no estaba emocionada, estaba nerviosa, el entrar a ese mundo me asustaba un poco, siempre fui mala actuando frente a una cámara y me asustaba más el hecho de que me relacionaran con mi madre, aquella mujer mexicana que inició en este mundo a sus 19 años y sobresalió a los 21 años siendo tan reconocida.
La voz de Nicholas la escuchaba lejos, no sabía cómo reaccionar pero recordé que estaría con Nicholas así que no puede ser malo
— Khaleesi? sigues ahí? estás bien? — la voz de Nicholas se escuchaba algo preocupada
— estoy bien, me agarró de sorpresa la noticia — una risa salió de mi boca a lo cual escuché a Nicholas suspirar de alivio
— paso a verte en la tarde, ya sabes, el de siempre — hablo por último Nicholas lo que hizo que sonriera
— si princesa, llegarás y ahí estará — hable para colgarle antes de que respondiera algo
Han pasado aproximadamente una semana desde que audicione y desde que descubrimos que él era aquel niño de mi infancia al que todos le decían Alexander pero yo le decía crema de maní y él a mí mermeladita, desde ese momento nos volvimos inseparables, todas las tardes pasa por su café, su rutina de ver mal a Alfred para luego ambos charlar sobre cuánto aún le falta para terminar su proyecto de Monstruos para luego en la noche pasar por mí y hacer algún plan, se volvió nuestra rutina y ambos nos convertimos en lo que ocupamos ver todos los días.