Andromeda y aquel niño que todos llamaban Alexander empezaron a tener su rutina de cada recreo sentarse juntos en los columpios viendo el gigantesco sauce llorón, solo estaban juntos en el recreo pues eran de distintos salones, mientras Alexander contaba miles de anécdotas que vivía con sus amiguitos de clase, Andromeda escuchaba atentamente mientras comía su sándwich.
Alexander al notar que la pequeña siempre comía su típico sándwich empezó a llamarla mermeladita mientras él se hacía llamar crema de maní, el pequeño decía que eran los amigos perfectos pues tenían muchas cosas en común, incluyendo la buena forma de escuchar de Andromeda y la increíble forma de hablar de Alexander los complementaba.
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Estaba enfrente de mi celular y un aro de luz y atrás de mí una tela gigante de color blanco que tapaba los miles de cuadros que tenía en mi pared
— Debes de actuar más tranquila, fluir y ser tu, no es tan difícil! — exclamó por décima vez Nicholas lo que hizo que me sobara el cien
— perdóname actor de hollywood, solo una vez actúe... y fue en noveno grado! hace cuatro años consecutivos! — refunfuñe agitando mis manos lo que hizo que riera por las incoherencias que salían de mi boca
— bueno, inténtalo de nuevo, tranquila okey? no te vas a morir si dejas fluir tu boca y ser tú — se levantó de su silla la cual estaba a metros de donde estaba sobándome el hombro lo que hizo que solo le diera una mala mirada
— ser yo es callarme todo el día —
— vamos Khaalesi, no puedes estar así de negativa — me sacudió mientras soltaba pequeñas risas ante mi cara
— está bien, si esta grabación no sale bien, no voy a participar — hable encogiéndome de hombros a lo que solo asintió
contó hasta tres para avisarme cuando empezaría a grabar y cuando fue así dejé que fluyera mi boca; me presenté, dije de dónde era, expliqué que no sabía mucho sobre actuación pero me gustaría aprender con este proyecto.
para el segundo video tuve que hacer algunas acciones, como gritar, llorar y todo eso, al principio me daba algo de vergüenza con Nicholas mirándome pero cuando el empezó a demostrarme cómo era, poco a poco la pena se alejó de mí y entre en total confianza.
— Estoy seguro de que quedarás y haré todo para que quedes — dijo Nicholas viendo los videos que habíamos grabado
— Si quedo o no, no importa, al menos ya no me da tanta pena hablar frente a un celular — respondí riéndome al ver las caras que hacía
estuvimos platicando un rato más cuando me mostró su cámara, a lo que empezamos a tomarnos fotos, estábamos riendo por cada foto que salía, cada una era peor o mejor que la anterior.
después de toda una sesión extraña de fotos, Nicholas se recostó en el sillón mientras yo estaba sentada estilo mariposa viendo todas las fotos que habíamos tomado, algunas me hacían soltar una que otra risa hasta que un ligero ronquido me hizo despejar mi mirada de la pantalla de la cámara para ver a Nicholas dormido con la boca abierta lo que hizo que me riera para luego tomarle una foto, estoy segura que pronto su cámara se volverá más mía que de él.
después de hacerle otra sesión de fotos dormido decidí no ser tan malvada así que fui por una cobija y lo tape lo cual hizo que se acurrucará como bebé lo que hizo que una sonrisa se me escapara, se me hacía tierno el hecho de que intentara actuar serio y misterioso cuando realmente es un chico tan lindo y amable que hace que se me derrita de cariño, al verlo no pude evitar ir por otra cobija y recostarme del otro lado con él, como el sillón era tipo L, el se recostó del lado más largo y yo del lado un poco más chico, antes de darme cuenta me quedé dormida como si fuese un pequeño bebé.
un aroma a quemado se metió en mis fosas lo que hizo que abriera mis ojos lo más rápido que pude y mi mirada rápidamente se dirigió a la cocina, donde estaba Nicholas intentando dispersar el humo que se había formado, me paré rápidamente y corrí hacia donde estaba, apague la estufa y agarré el sartén lo más rápido para aventarlo al fregadero y hecharle agua, un humo excesivo salió pero dispersaba el horrendo olor a quemado
mi mirada se dirigió a Nicholas quien estaba negro del humo lo que hizo que soltara una carcajada inevitable, su pelo desordenado, su cara con humo negro como si fuese un mecánico junto a su ropa era la imagen más graciosa
— de que te ríes? que es tan gracioso? — refunfuñó frunciendo el ceño
— ya te viste chávez? — respondí agarrandome el estómago como si se fuera a caer por reírme tanto
se acercó al espejo más contrario y vio su reflejo sucio
— no da risa —
— oh vamos, que intentabas hacer con esas manos tan torpes? — respondí quitándome las pequeñas lágrimas que salían de mis ojos de la risa
— Hot cakes — respondió con un tono avergonzado
— es algo difícil, no lo niego pero no a ese grado, te distrajiste verdad? — respondió recargándome en la isla de la cocina
— si — contestó sin más evitando mi mirada
— no importa, pidamos delivery ¿quieres wings, pizza, hamburguesas o algo dulce? — pregunté agarrando mi celular para pedir comida
— wings estaría bien — contestó para empezar a enjuagarse las manos y la cara en el fregadero
Esperamos el delivery tranquilamente mientras cada uno estaba en su celular. Mientras veía tiktok me aparecían edits de él, así que no pude no enseñárselos
— ve este edit que te hicieron — le dije mientras mostraba mi celular en aquel video
— wow, vaya que está muy bien hecho —
— me están apareciendo demasiados videos así, ya te estás volviendo un celebrity crush — me burle para seguir viendo mi celular hasta que por fin tocaron el timbre del departamento
— yo voy — dijo Nicholas entonces solo le di el dinero y fue hasta la puerta
— listo — puso la bolsa de las wings y empezó a sacar todo
pronto empezamos a comer y decidimos poner una película para matar el silencio que aveces se creaba
— y donde vivías de niña? — mato la nula conversación que había
— viví en un barrio un poco feo al principio, después viví en Santa Mónica, ahí viví casi toda mi vida hasta los 18 que vine a vivir aquí —
— viviste en Santa Mónica? — su tono de voz evidenciaba la sorpresa
— si, no tuve la mejor vida social pero al menos me tenía a mí, me acuerdo muy bien que había un niño en mi escuela que me empezó a hablar y nos llevábamos muy bien — hablé con un tono nostálgico
— mermeladita? — me miró con burla, mis ojos se abrieron como si de platos grandes se tratasen, mi boca soltó un sonido y la alita que estaba comiendo hizo que me ahogara y empezara a toser
— jura, jura que eres ese niño — llevé mi mano a la boca sin creer esta increíble coincidencia y tratando de no escupir el pollo atorado en mi garganta
— me acordabas a una niña de pelo negro y ojos azules muy bonitos, pero me negué a creer que podías ser tú — dijo riendo
— no te reconocí, eras apenas un niño chiquito con tus dientes chuecos y tu moco escurrido —
— y tú la niña con su sándwich de mermelada y crema de maní con su oso de peluche que no salía de su columpio — su mirada tenía un brillo de nostalgia que sinceramente me obsesionaba, su aroma ahora llegaba hasta mis fosas nasales y sus perfectos dientes formando una hermosa sonrisa podría decir que me enamoraban solo sonreí y supe que iba a ser una larga noche de recuerdos y nostalgia.
