Capítulo 4: Honrados serán, todos los alumnos de Sumeria.

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"Nadie se va realmente de Sumeria. Nuestros alumnos quedan tan marcados por las experiencias vividas, que incluso cuando se van, siempre vuelven para visitarnos.

Solo hay que recorrer nuestro salón de honor para ver a los grandes Arcadianos que hemos formado a lo largo de la historia"

—Extracto de la última entrevista de la directora Rosey.

. Paz Lawson.

¿Cómo se asimila una tragedia?

Quizás el punto está en no asimilarla...

Aunque estaba acostumbrada a mirar a sus miedos a la cara y hacerles frente, ahora no está segura de poder hacerlo.

Mamá, no sé si estoy lista para esto.

Levanta la mirada buscando a su madre en la habitación. Pero no lo dijo en voz alta, así que esta sigue arreglando el vestido para el funeral.

No quiere ponérselo, aunque tiene frio, aunque está en ropa interior sentada en el borde de la cama. Su mamá se da vuelta, sus miradas conectan y es como si le dijera que es hora. Su primer instinto es negar con la cabeza.

—Paz...—el tono, sus ojos, la manera en la que los extremos de su boca bajan en una mueca triste. La pena pura, o quizás la compadece—. Cariño, ya es hora.

—Es que ella no está muerta, mamá —sabe cómo suena cuando lo dice, sobre todo por esa nota de desesperación que se le escapa—. Ella no está muerta, tu no... Tú no entiendes, no sabes...

Ah, ojalá pudiera explicarlo. Siempre le dijo a Esme que guardaría sus secretos hasta la tumba, pero ahora todo era demasiado literal.

—Hija... —su madre se sentó junto a ella, acariciando su pelo— Sé que esto es duro. Nadie debería pasar por lo que estas sintiendo...

—Es que...—la voz se le fue apagando, pero se negaba a soltar una lágrima— Todo es demasiado raro.

Su mamá apretó los labios, como si no compartiera aquello. No podía culparla, todo parecía un ataque habitual, otro vampiro que mataba a una chica Arcadiana, otro ataque aleatorio por pura maldad.

Pero ellos no sabían nada sobre Esme, ni sobre sus secretos.

Paz repasó lo sucedido en esos últimos dos días tratando de encontrar el error, el momento clave de la película, ese que se había perdido para ahora no entenderla.

Esme salió con uno de sus permisos falsos, solo que no volvió al final del día como acostumbraba... Escuchó los rumores de que una chica asesinada cerca de las fronteras, pero ignoró la noticia casi por decisión propia. No era Esme.

La llamó cuando estaba anocheciendo, cuando notó que era demasiado tarde para que volviera sola en tren... No contestó.

Dicen que las noticias malas viajan rápido, pero Paz sentía que está vino despacio, cayendo de a pedazos. Esme yéndose muy temprano, despidiéndose con una sonrisa, los rumores al medio día, solo la línea general de un crimen, las llamadas sin responder, y de alguna forma lo supo. Pero incluso así no lo quería creer.

—No es ella —repitió a la nada—... No sé quién es, se confundieron de chica, pero no es ella.

Sintió otra caricia, no podía mirar a su madre, no podía soportar esa mirada. Así que observó la ventana, era un día tan gris como los ojos de Esme.

—Brus estaba con ella, cariño...

Ahí estaba, la razón principal por la que aquello sonaba tan raro. Pero también lo que menos podía explicar en voz alta.

Despues de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora