Notes from a First Love | Taekook

Invisible distances

#5

Jimin apretó el teléfono en su mano mientras salía del instituto, sin mirar realmente hacia dónde iba. Sabía que Jungkook estaba ocupado con sus amigos, y aunque había tratado de ignorarlo, la imagen de su risa compartida con Taehyung en el gimnasio le daba vueltas en la cabeza. La conversación que había escuchado, las bromas, las sonrisas... todo era demasiado.

Suspirando, caminó hasta un parque cercano. Había un banco escondido entre los árboles que frecuentaba cuando quería estar solo. Se sentó, deslizando la mochila a un lado, y observó cómo el cielo se volvía de un color anaranjado tenue con la caída de la tarde.

Se preguntaba por qué aquello le dolía tanto. Desde hacía tiempo, los sentimientos por Jungkook eran algo que mantenía guardado, algo que evitaba reconocer. Jungkook era su amigo, su mejor amigo. Su espacio seguro. Pero últimamente, con Taehyung apareciendo de la nada y compartiendo momentos que solían ser solo de ellos, sentía que ese lugar seguro se volvía cada vez más inalcanzable.

Jimin dejó caer la cabeza en sus manos, cerrando los ojos, recordando el día en que Jungkook le había dicho que confiaba en él más que en nadie. Eran cosas pequeñas, detalles que seguramente Jungkook no recordaría, pero para Jimin esos momentos eran todo. Sabía que no tenía derecho a reclamar nada, pero verlo a su lado con otra persona, alguien con quien parecía conectar tan fácilmente, era como ver algo suyo desvanecerse.

El sonido de su teléfono lo sacó de sus pensamientos. Lo desbloqueó y vio el mensaje de Hoseok, quien, por lo visto, también había notado que algo andaba mal.

"¿Todo bien, Jimin? Si necesitas hablar, aquí estoy."

Jimin sonrió ligeramente. Hoseok siempre había sido perspicaz. Sabía que, de entre sus amigos, él era el único que había notado realmente cómo lo afectaba la amistad de Jungkook y Taehyung. Aunque no había dicho nada en voz alta, sentía la mirada preocupada de Hoseok cada vez que la tensión aumentaba. Decidió responder, aunque sin dar muchos detalles.

"Estoy bien, solo algo cansado. Gracias por preocuparte."

Guardó el teléfono y se reclinó en el banco, cerrando los ojos y disfrutando del aire fresco del parque. Trató de convencerse de que la situación pasaría, de que podría ignorar sus sentimientos y seguir adelante. Sin embargo, una parte de él sabía que, en algún punto, tendría que enfrentarse a esa verdad.

No sabía cuánto tiempo había pasado cuando sintió un peso en el banco junto a él. Abrió los ojos, sorprendido al ver a Namjoon.

-Pensé que estabas en casa -dijo Jimin, tratando de sonreír, aunque le costaba disimular su desconcierto.

Namjoon se encogió de hombros, con una expresión tranquila y comprensiva.

-Hoseok me dijo que tal vez estabas aquí, así que pensé en pasar. -miró a Jimin, como si lo estuviera analizando-. Pareces... ¿cómo decirlo? Un poco perdido.

Jimin soltó una pequeña risa, aunque en su tono había más tristeza que diversión.

-Tal vez un poco. -se inclinó hacia adelante, entrelazando sus manos-. ¿Nunca has sentido que algo cambia y no puedes hacer nada al respecto?

Namjoon lo miró en silencio por un momento, como si intentara descifrar lo que realmente quería decirle.

-Supongo que es normal -dijo finalmente, con voz calmada-. La vida cambia, las personas cambian. A veces, solo tenemos que aprender a adaptarnos a lo que venga, aunque sea difícil.

Jimin asintió. Sabía que Namjoon no era del tipo que presionaba para obtener respuestas. Su manera de apoyar a los demás era simplemente estando allí, dejándoles espacio para procesar las cosas a su propio ritmo.