estrategia de seducción - inosuke x t/n

capitulo 46

Era como si el tiempo se hubiera paralizado para mí, mi mente estaba totalmente en blanco y solo respiraba, sabía que mis amigos estaban acá, pero no podía entender lo que me decían. Todo había pasado tan rápido.

Hace unas par de horas ella había empezado a ser mi novia, de manera oficial.

La amé y ella me amó a mí

Estábamos viviendo juntos, construyendo una vida juntos

Mi corazón empezó a sentir su ausencia, empezó a entender la mirada que me dió, y como yo le destrocé el corazón

Corrí sin darle explicaciones a ninguno de los que estaban ahí, ni siquiera sé si intentaron detenerme, baje por las escaleras del edificio sintiendo cada vez más la distancia que nos estaba separando

¿Por qué no me aferré a ella y lloré como un niño para que no me dejara?

¿Por qué justo ahora tenía que comportarme como alguien maduro y no la encerré hasta que se dignara a escucharme?

No la puedo perder. No puedo permitir que ella se vaya de mi vida de esta manera.

Ni siquiera me dí cuenta cuando llegué a mi vehículo y arranqué el motor y me lancé a la carretera, sin importarme la velocidad ni la seguridad. Solo quería llegar a la casa de Iguro lo antes posible. Sabía que ella iría ahí y necesitaba verla, hablar con ella, hacer que entendiera.

Mientras conducía, mi mente era un torbellino de pensamientos y emociones. Me sentía desesperado, como si estuviera perdiendo el control de todo, como si ella fuera mi centro de estabilidad y ahora no tenía de dónde aferrarme. Pensaba en la mirada de odio que me había dado, en la forma en que me había hablado. Me sentía como si hubiera sido golpeado en el estómago y me hubieran quitado todo el aire, como si me hubieran arrancado el alma.

Mi corazón latía a mil por hora, y mi cabeza estaba llena de imágenes de ella, de nosotros, de todo lo que habíamos compartido. Me sentía como si estuviera perdiendo mi cordura, como si no pudiera vivir sin ella.

Pasé algunos semáforos en rojo, sin importarme la posibilidad de tener un accidente, Pero en estos momentos mi integridad y seguridad era lo que menos me importaba. Solo quería borrar esa mirada de odio de su rostro, hacer que me perdonara, hacer que me amara de nuevo.

Mi vehículo avanzaba a toda velocidad, y yo me sentía como si estuviera volando, como si estuviera fuera de control. Mi mente era un caos, pero mi corazón sabía exactamente lo que quería: a ella, a mi lado, para siempre.

Solo fui un poco consciente cuando llegué por fin a su casa y corrí a la puerta dejando el vehículo en marcha, no quería perder tiempo en nada.

Toqué la puerta desesperado, al parecer todos se habían ido de la fiesta, pero si tenía que echar la puerta abajo para llegar a ella lo haría, pero no fue necesario, Iguro abrió la puerta

-Necesito pasar a…

Caí al suelo por el golpe que me llegó, quedé un poco confundido, pero me levanté

-aunque me mates -le dije secandome la sangre que estaba brotando por mi boca- no me iré de aquí hasta verla

El salió y cerró la puerta, me dió otro golpe, dí unos pasos atrás

-es que tampoco te iba a dejar ir tan rápido -me dijo con un tono de voz que no había escuchado antes, entre rabia y… decepción- tengo varias cosas que aclarar contigo -otro golpe, lo traté de esquivar está vez, lo logré

-lo entiendo -le dije tratando de pasar de él hacia la puerta- Pero tengo que hablar con ella primero

-¡te dije que no la lastimaras y es lo primero que haces grandísimo imbécil!

Sentí sus manos agarrarme de la polo que ella me había regalado y me lanzó al suelo, y aunque me golpeó, no me defendí, solo me cubría la cabeza recibiendo cada golpe que me daba.

Me merecía esto.

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