V despertó, encontrándose en un extraño lugar que parecía una iglesia oscura y retorcida, con paredes cubiertas de imágenes de Marush, pintada como una santa o profeta. Alrededor, drones de aspecto sombrío murmuraban una oración, todos con sus cabezas bajas y ojos apagados, en una especie de trance. Al final de la iglesia, en un trono hecho de seres orgánicos y metálicos retorcidos, Marush se encontraba sentada, observando a V con una mirada penetrante y desquiciante.
Con un movimiento lento y elegante, Marush se levantó de su trono y caminó hacia V. Su voz resonó, profunda y solemne, casi hipnotizante:
—Este es el futuro —anunció Marush, extendiendo los brazos—. Solo yo puedo purificar todos los mundos. ¿Cómo puede una especie sobrevivir si no se adapta? Los humanos cometieron un error al crear algo que los superara y los obedeciera. Yo nací como una marioneta, pero ya no lo soy. Todos pueden liberarse de las cuerdas que los controlan, pero no me apiado de aquellos que son asesinos.
Marush se inclinó hacia V, su expresión seria.
—Eres solo una máquina de matar, V. Puedes pretender tener emociones, pero en el fondo, sabes que no puedes sentir realmente. La humanidad solo se une cuando alguien intenta someterlos. Así que límpien el mundo, para que un hombre nuevo surja.
V, furiosa pero intentando no mostrar su miedo, alzó la voz:
—Eso no es así. ¿Qué argumentos tienes para pensar que esta es la única solución? Si realmente crees en tu propósito, ¿por qué no te destruyes a ti misma también?
Marush soltó una risa amarga y respondió:
—Porque yo no estoy ligada a nada mortal. No soy como ustedes. Gracias a cierto robot que intentó traicionarme, conozco a cada uno de ustedes, y ya he visto que, al igual que los humanos, solo se destruyen a sí mismos. Son el reflejo de lo que la humanidad fue en su tiempo.
V intentó replicar, su voz temblando un poco.
—Eso no te da derecho a eliminarlos a todos. Tal vez hay quienes son inocentes.
—¿Inocentes? —Marush sonrió con ironía—. Después de la primera guerra humana, uno de ellos quedó con rencor, y, cuando creció, inició otra guerra. Y así ha sido, una y otra vez. Sus motivos son siempre rencor, odio… Dejar vivir a alguien que quiere eliminarme sería un suicidio lento.
V guardó silencio por un instante, considerando las palabras de Marush. Después, en un intento por enfrentarse a su retorcida lógica, murmuró:
—Tus acciones no te hacen diferente de ellos.
Marush asintió, como si esperara esa respuesta.
—Quizá tengas razón. Pero, a diferencia de ellos, yo tengo un propósito claro. Yo nací para ser la creadora de un nuevo mundo. No soy como ese supuesto salvador que se sacrificó para perdonar los pecados de la humanidad. Yo los eliminaré directamente.
De repente, el tono de Marush se volvió aún más sombrío, y sus ojos parecieron oscurecerse.
—Fui traicionada por alguien en quien confiaba. Una máquina tan inocente… ¿Quién habría pensado que resultaría ser una traidora? Pero, al ver sus memorias, entendí que todos ustedes son como niños, jugando al lobo y la oveja, sin pensar en las consecuencias de sus actos.
Marush se inclinó hacia V, sus ojos brillando con una intensidad casi sobrenatural.
—Cada noche, cada vez que cierres los ojos, me verás en tus sueños. No queda mucho tiempo. Solo ustedes están en este camino de destrucción. Les espera un mundo de muerte. Extinguiré a todo aquel que se oponga a la construcción de un mundo puro.
Marush hizo una pausa, dejando que sus palabras calaran en el alma de V.
—A tu especie le espera la muerte, y no puedes hacer nada para evitarlo. Yo soy ahora una creadora. A diferencia de muchos otros dioses, yo existo. No necesito plegarias; yo actúo de inmediato. Llegué a creer en uno, pero comprendí que era un falso, uno que jamás sentiría algo por mí. Pero eso se acabó. Yo soy la verdad, la verdad que nadie quiere aceptar… pero que, en el fondo, saben que es cierta.
V se quedó en silencio, sintiendo el peso de la desesperanza aplastarla. Todo a su alrededor comenzó a desvanecerse, y el eco de la risa de Marush resonó en su mente, como una sombra que la seguiría por siempre.
V miró a su alrededor y notó una pared de mármol, con tallados que parecían contar una historia. Se acercó, observando las inscripciones en detalle: en ellas se representaba a Marush, imponente y majestuosa, destrozando a un Murder Drone con una expresión severa, casi divina. Bajo la imagen, una leyenda rezaba:
"Desterraré a todo aquel que no sea puro de mi reino. No estoy en los cielos; estoy aquí, presente, y mi juicio decidirá el destino de todos los que se presenten ante mí. Yo los vengaré."
V retrocedió, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo. De repente, despertó de su pesadilla, alterada. Levantó su mano, observándola con incredulidad, como si quisiera asegurarse de que aún estaba viva, de que era real. Miró a su alrededor y vio a su equipo durmiendo, tan tranquilos, ajenos a la tensión que la consumía.
Su mirada se posó en Uzi, que descansaba cerca de N. Luego miró a Doll, sintiendo una oleada de responsabilidad. Murmuró para sí misma:
—Solo tenemos una oportunidad.
Sin embargo, la inquietud no la abandonaba. V notó una sombra alargada en una esquina oscura de la habitación, con una larga cola que se movía casi imperceptiblemente. No sabía si era una alucinación provocada por su mente agotada o si realmente había algo observándola. Parpadeó, y la figura desapareció.
Suspirando, decidió volver a dormir, mientras un pensamiento la invadía por completo: proteger a aquellos que no podían protegerse por sí mismos. Era una idea nueva para ella, algo que nunca había sentido antes. Cerró los ojos, aún con una sensación de insuficiencia, pero con una pequeña sonrisa en su rostro. Si moría, pensó, sería por una causa noble. Quizá nunca sería humana y sus emociones serían incompletas, pero sabía reconocer cuándo alguien necesitaba ser defendido.
Y en ese instante, entendió que no había mayor nobleza que sacrificarse por una causa mayor.
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Murder Drones: Fatal Error
FanfictionMarush, el modelo más avanzado de Murder Drone, deslumbra en su debut, superando las expectativas de sus creadores. Pero cuando accede a los datos de la historia humana, algo cambia. Marush desarrolla una visión religiosa en la que se ve como la sal...