CAPÍTULO 2: CAZADOR EN MOVIMIENTO

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NADH

Tras dos largas horas de un seminario de anatomía patológica, me dirigí al sitio donde acordamos reunirnos. La verdad es que no sé por qué decidí ser tan puntual, ya que ATP tenía un historial muy largo de llegar siempre tarde, pero ya había socializado bastante con mis nuevos compañeros y me apetecía ver una cara familiar. Lo que nunca hubiera imaginado ni en mil años era verla esperándome.

– ¿Quién eres y qué has hecho con mi amiga? ¡Ella nunca hubiera sido tan puntual!

– Anda, déjame en paz, NADH, eres una exagerada. Es solo que la clase de biología molecular era un coñazo y quería escapar de allí lo antes posible.

– Sí, sí, seguro que por ese motivo y no por uno que empieza por Dra. y termina por ATPasa – replicó un hombre que la acompañaba.

No me había fijado en su presencia hasta que habló, pero ahora que lo había visto, me sentí incapaz de apartar la mirada. ATP y el muchacho apuesto, tan elegante como un conde, empezaron a lanzarse puyas, pero solo podía fijarme en su aura masculina. Su pelo planchado resoplaba con el viento, mientras se reía con una sonrisa burlona, pero tan atractiva que provocaba que una se olvidara de todos los hombres que alguna vez estuvieron en su vida. Definitivamente ese alto galán destacaba más que hombre promedio, con su exquisita ropa tan estilosa, sus uñas pintadas de rosa y azul, y esas pecas tan adorables que le adornaban el rostro.

– ¿Y tú qué opinas, NADH? – me preguntó mi amiga. No tenía ni la más minima idea de sobre qué hablaban, pero tampoco me importaba en estos momentos.

Me considero una persona directa y, cuando quiero algo, lo obtengo con determinación. De modo que ignoré completamente lo que me preguntó ATP, y fui a lo que me interesaba.

– Perdona pero, ¿tú quién eres? – pregunté a mi nuevo interés.

– Ay, tía, es verdad, que ni me he presentado aún: soy FADH2, estudio lo mismo que ATP y esta puta loca me acaba de arrastrar hacia aquí – contestó con su voz varonil. En ese momento decidí que iba a hacerle mío costase lo que costase.

– Encantada de conocerte, guapo. – respondí guiñándole el ojo – como ya ha mencionado esta, yo soy NADH y estudio medicina – acabé explicando, a la vez que rocé sus enormes bíceps con mi mano "sin querer".

Normalmente soy más disimulada ligando, pero con este pedazo de hombre se me hizo muy difícil.

En ese momento, noté como ATP me miraba con una cara de confusión, de querer preguntarme qué estaba haciendo. Espera, ¿no sería que a ella también le gustaba este tal FADH2? Aunque sea el hombre de mi vida, mi amistad con ATP es demasiado importante para mí, así que le hice una seña para indicarle que ya lo hablaríamos luego.

– Por cierto, zorras, ¿os habéis enterado de lo de las novatadas? – preguntó el objeto de mis deseos más feroces. "Qué bien se expresa y que varonil suena, es todo lo que siempre quise" pensé.

– Perdona, ¿las qué? - cuestionó ATP.

– No te enteras de nada, chica, – respondí – es la fiesta de inicio de curso, es uno de los mayores eventos sociales del año.

– Pues yo paso. No me van estas movidas, prefiero quedarme en mi casa leyendo.

– Ni de coña tata, vamos los tres, que la vida está para disfrutarla. De hecho, venid a mi habitación de la residencia y nos maquillamos juntos – ¿mi futuro marido me acaba de invitar a su habitación o estoy soñando? sabía que tarde o temprano sucedería, pero me cuesta creer que lo haya conseguido tan rápidamente... Supongo que mis tácticas de flirteo han sido muy eficaces.

La Teoría del Enlace Roto: Polaridades OcultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora