5 || Lo Curioso

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Las noches sin descanso cobraban su precio, y Harry sentía que la realidad empezaba a escapársele entre las sombras.






Quizás debió haberlo sabido, pero en esa misión no había más que el constante seguimiento de Draco detrás de él. Harry empezaba a frustrarse; el trabajo en equipo no significaba que el rubio necesitara mirarlo cada segundo.

—¿Puedes dejar de hacer eso? —murmuró entre dientes, sin poder contener su enojo.

—¿Hacer qué? —sonrió Draco, inocente y burlón.

—Malfoy, estamos tratando de resolver un caso de asesinato. Una persona no puede matar así porque sí... y tú pareces estar más enfocado en mí.

Draco se acercó, estudiándolo con una intensidad perturbadora.

—Eso no te molestó hace dos meses.

Harry sintió un nudo en el estómago. Sus dientes rechinaron.

—Fue un maldito error. Estábamos borrachos.

—Yo no lo estaba —contestó Draco, sus palabras cayendo con un peso inusual.

—¡Pero yo sí! —gruñó Harry, apretando los puños— ¡Olvídalo!

Draco solo sonrió, burlón y peligroso.

—Te estoy viendo porque llevas una hora mirando ese informe al revés. ¿Estás seguro de que yo soy el problema?

Harry frunció el ceño, mirando los papeles. Efectivamente, el informe estaba al revés. Lo cerró de golpe, avergonzado y frustrado, y le lanzó una mirada asesina a Draco antes de salir de la sala.

—Es tu culpa —bramó.

—No es mi culpa ser atractivo —respondió Draco, disfrutando del enojo en el rostro de Harry.

(...)

Más tarde, Harry se sentó en el comedor, revisando los documentos, tratando de hacer sentido del patrón en la serie de asesinatos.

—Tenemos que visitar estos lugares —murmuró, señalando puntos en el mapa—. Mira, parece que hay un patrón.

—Grandioso, Potter, por fin estás pensando. Pero en lugar de ir y entrometerte en cada lugar como un loco, podrías, no sé... ¿pedir permiso antes de invadir propiedades ajenas?

—Si pido permiso, no me lo darán —respondió Harry, cortante.

Draco sonrió con malicia.

—Lo hubieras dicho antes. Vamos a romper las reglas, entonces. Dime dónde quieres ir, yo te llevo.

—¿En tu auto? —Harry rodó los ojos—. En tus sueños, Malfoy.

—¿Por qué? ¿Tienes miedo de volver a despertar en mi cama?

La provocación de Draco lo atravesó y, de repente, una punzada de dolor se disparó en su cabeza. Harry trató de ignorarlo, pero el dolor fue demasiado insistente. Negó con la cabeza, se dio la vuelta y sacó un frasco de pastillas, ingiriendo tres de inmediato.

Draco lo miró con curiosidad y preocupación disimulada.

—¿Qué? —preguntó Harry con un tono hostil al ver la mirada de Draco.

THE GOD OF DARKNESS || DRARRYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora