𝑷𝒍𝒂𝒄𝒆𝒓 𝒓𝒆𝒕𝒐𝒓𝒄𝒊𝒅𝒐

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Voy en camino, preciosa, ya casi llego.

Me estaba castigando. Salí de mi camerino importándome un carajo la vestimenta que traía puesta. Estaba vestido de doctor, solo me quité la bata y tomé las llaves de mi auto tan rápido como pude encontrarlas y salirme.

Mi novia me había mandado una foto de ella, pero no era una normal, esta vez me mandó una con su pijama de encaje, mandándome otro mensaje diciendo: "Iré a dormir". Esa era una mentira, era obvio. Pero me prende tanto su lujuria disfrazada de inocencia y es que jamás me había mandado una foto así. No sabía que ella era capaz de volverme loco.

Estaba creciendo un bulto en mis pantalones, tratando de controlarme en el camino, pensando en mis líneas de mañana, pero cada que cerraba los ojos aparecía su figura recostada, el pijama de encaje color azul marino.

Apretaba el volante, haciéndome reaccionar, agradezco porque no haya tráfico, disminuyendo mi espera.

Como pude estacioné rápido el auto, abrí la puerta del departamento y ella estaba sentada en el sofá, como si no hubiera notado mi presencia.

- Hola, Nich, creí que no llegarías -. Fingía estar sorprendida.

Se puso de pie, se puso de puntitas y me besó provocativamente, con una sensación de seducción.

Quise tocarla, pero antes de que mis brazos rodearan su cintura, tomó fuerte mis muñecas. - Por favor, linda -. Solté un jadeo, mi cuerpo estaba caliente.

- Espera aquí -. Obedecí, observando sus movimientos. Tomó una silla del comedor poniéndola detrás de mí.

- Toma asiento, relájate -. Postró sus manos en mis hombros, dejándome caer suavemente en la silla.

Caminó detrás de mí, dando besos húmedos entre mi cuello y el cuello de la camisa, dejando un beso marcado de su labial. Me estaba encantando su iniciativa, su forma de ponerme caliente, de besarme tan lento como yo lo hago, de erizarme la piel y perderme entre su lengua.

No me había dado cuenta de que ella traía una corbata por lo que no pude reaccionar a tiempo y ella había sujetado mis muñecas detrás de mí.

- ¿Con qué así quieres jugar? -. Ella sonrió victoriosa, dándome otro beso en mis labios. Estaba desesperado, mis jadeos me delataban.

- Quiero que me veas, Nich -. Volvió a sentarse en el sofá, abriendo las piernas, dándome esa vista húmeda y necesitada.

Hizo a un lado su ropa interior, mostrándome su intimidad.

Llevó su dedo anular y corazón a su boca, lamiéndolos hasta los primeros nudillos, llenándolos completamente de saliva como si se tratara de un dulce.

Mi mirada se oscureció, estaba tan excitado, mi miembro dolía al no ser atendido.

Metió sus dedos, jugando un poco con sus labios vaginales, cerrando sus ojos mientras mordía su labio inferior.

Soltaba gemidos y gemía mi nombre como si no estuviera enfrente de ella. Eso me volvió loco, trataba de romper la corbata, apretando mis puños, no aguantaba más no tocarla.

- Deja de torturarme, preciosa, desátame de una maldita vez -. Tocaba sus senos, acariciaba su clítoris.

- Fóllame, Nich -. Sus movimientos eran más rápidos, más desordenados. - Fóllame, por favor.

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Nɪᴄʜᴏʟᴀs Cʜᴀᴠᴇᴢ || ᴼⁿᵉ ᔆʰᵒᵗˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora