Aún así.

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m.yg

Había estado envuelto en cientos de peleas durante la preparatoria, estaba acostumbrado a todo lo que traía consigo.
Sin embargo, esta vez no tuve ni la mínima oportunidad de defenderme. Ni siquiera lo ví venir, me golpeó tan fuerte que por un instante solo divisé la expresión de Seoyeon en cámara lenta mientras mi espalda golpeaba la duela de madera.
Poco le había faltado al castaño para sacar humo por la nariz cuando llevé mis manos subieron hasta la cintura de Seo. El whisky me había dado más que confianza.

Taehyung no era el único que estaba furioso. A Jaesoo también habíamos conseguido irritarla de tal manera que sus ojos parecían estar ardiendo en llamas y la cantidad de palabrotas que salieron de su boca cuando me arrastró afuera no pude contarlas.
Otra vez estábamos peleando y en cuánto a números, sobregirados. 
Siempre era así, no era capaz de reconocer un problema hasta que me sobrepasaba, un náufrago tenía mas oportunidades de sobrevivir ileso antes que yo. La pelinegra quería arrancarme la cabeza. 

-¿Estás con ella?-volvió a insistir.

-Ya te dije que no-suspiré.

-Poco te faltó para quitarle la ropa y follar ahí.

-No es así, eso no lo haría con Seoyeon-. Mentí tan rápido que no pensé mucho en lo que estaba diciéndole-. Ella es diferente...

Por supuesto que sí.

-Entonces estás enamorado-afirmó.

-En absoluto-negué-. Solo somos amigos-me encogí de hombros.

La aberrante incógnita de averiguar qué relación tenía con los demás me había causado más que cientos de problemas durante toda mí vida, había aprendido a la mala que mentir desvergonzadamente no era tan importante para aquellos que te habían herido intencionalmente.
Sí, sí me apetecía de sobremanera comerle la boca a Seoyeon y quitarle las malditas bragas con los dientes. Solo de pensar en la expresión que podría salir de su boca si la tocaba debajo de la falda me hacía suspirar. Aquello lo sentía desde el principio pero estaba tan enamorado de Jaesoo que solo elegí ignorarlo y ser un buen chico.
A pesar de ello no sabía que decir, no quería lastimar a la pelinegra con tanta sinceridad ni engañarme pensando que había una oportunidad entre la castaña y yo. No era así, en realidad identificar lo que sentía era muy complicado. Sobre todo por la forma en la que la que sus miradas se habían encontrado, era muy evidente que Taehyung no era el único con ese sentir tan desolador.

-Estás mintiendo-sollozó-. Te conozco...

Más de lo que me gustaría.

-No hagamos esto, Jaesoo. Estoy cansado-mascullé.

Sinceramente, lo estaba. No entendía porque seguía buscando entre los escombros de nuestra relación, porque intentaba construir todo de nuevo y a solas. Esa necesidad desmesurada por continuar en agonía y aplastando mi corazón no era más que culpa mía. Asumir y responsabilizar.
Ella no cambiaría nada de lo que me hería, si no lo había hecho el cinco años no lo haría en una noche.

-Quiero volver-sus dedos acariciaron la piel de mi cuello-¿Sí?-dejó besos pausadamente en la comisura de mis labios.

Esto era típico de nosotros, sabía perfectamente que iba a terminar gimiendo encima de ella si no me detenía. No podía dejar de cuestionarme en momentos como ese ¿Qué carajo quería yo? si lo único que necesitaba era follar para volver a confundirme y olvidar todas mis convicciones entonces yo era más que patético.

-¡Púdrete en el infierno!-Seoyeon apareció en mi campo visual y el mundo se cerró en ella.
Su maquillaje estaba todo corrido y no llevaba una zapatilla.

Eso también era típico de ellos. No lo pensé demasiado tampoco, caminé tras ella las siguientes dos calles, escuchándola llorar de manera discreta. De vez en cuando me miraba de soslayo pero todo lo que hice fue dejar mi chaqueta sobre sus hombros. Me sentía como todo un imbécil.

-Lo lamento-me detuve rápidamente cuando se giro a mirarme.

-Yoongi-sollozó tan fuerte que me hizo ruborizarme. Ya no sabía que más hacer para que dejara de llorar tan fuerte así que continué explicando-. No quería arruinar el fin de semana así-trastabillé- en realidad ni-ni siquiera estaba pensando en lo mucho que iba a echarlo todo a perder. Realmente lamento mucho haberte hecho llorar...

Sin embargo siguió haciendo todo un escándalo que más que molestarme me impacientó. Había visto esa expresión suya más de lo que me gustaría admitir. Pero no comprendía si era debido a mí o a Taehyung, tal vez ambos. Yo solo hería a quién me había herido, para mí funcionaba así.

Nunca fui la clase de hombre que eligiera el contacto físico para consolar, sabía perfectamente que eso siempre me llevaba al sexo, ese era mí método. Y aún así lo hice, sostuve su cuerpo frente al mío y acaricié su cabeza con cuidado. Me sujetó con tanta delicadeza de vuelta que me dieron tantas ganas de llorar. Era tan vulnerable ahí que terminé por soltar un sollozo tan estruendoso que la obligué a guardar silencio. No lo sé, ver si expresión triste y su voz sin poder formar palabras me habían arrugado el corazón.
Crecí muy solo, mi madre estaba muy ocupada para recordar que yo existía y mi padre viajaba tanto que era yo quien no podía recordar como se veía su rostro.
Esa noche, solo me rendí ante el cliché de aceptar que Seoyeon sí era diferente.

-Estamos tan jodidos-suspiré.

-Y somos patéticos-agregó en una risa.

-¿Porqué le lazaste tu zapatilla?-arrgué la nariz burlón.

-Pretendía que dejara de golpearte-se encogió de hombros-. Nunca he sido realmente buena para lo físico.

-¿Ah no?-me aguanté la risa en una mueca.

-¿Quieres averiguarlo?-dio un paso tan cerca de mí que su nariz rozó la punta de la mía. Su respiración estaba caliente y olía a licor de cereza y cerveza.

Particularmente había puesto toda mí atención en los lunares de su rostro, estaban ligeramente cubiertos por una capa grisacea de la máscara de pestañas y sus ojos brillaban como los de un cachorro adorable... Pero su boca había conseguido sacarme de órbita en menos de un segundo, era tan delicada que y se veía tan suave. Quería poner mis labios ahí y tocarlos con la lengua. Aún así, no lo hice.

-Me gustan mucho las cerezas, Seo-le hablé casi al raz de su boca-. Si te quedas así de cerca por más tiempo, voy a comerte.

-Y no es correcto-me respondió tan pronto como terminé de hablar pero sin alejarse.

-Señorita...- Me devolví al mensajero.

Había visto al hombre cientos de veces, recogía a la castaña al terminar las clases la mayoría de veces y solía devolverla a casa en ese mismo Shelby negro, su cabello estaba casi blanco por las canas y nunca se quitaba el saco aunque estuviéramos a más de 30°.
Lucía como alguien demasiado comprometido con el trabajo, es decir, eran casi las 6:00 a.m.

-Señor Wook-se inclinó tan pronto como se alejó- Mierda-murmuró- ¿Es hoy? ¿Tan pronto?

-Me temo que sí-asintió apacible.

-Yoongi-me miró- ¿Podrías hacerme un favor?

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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