■ Emilio es un alfa de linaje puro y ha estado enamorado desde siempre de un omega que no le dirige la palabra.
■ Joaquín es un omega puro que es maltratado por su familia por "defectuoso".
¿Qué pasará cuándo el alfa descubra todo lo que pasa con su...
Tras cerrar el grifo Emilio tomó 2 batas y las colocó en ambos. Con una toalla secó el pelo de Joaquín y después dejó que el omega lo seque a él.
Cuándo terminó, con sólo mirarse se empezaron a besar, y el alfa tomó al omega estilo princesa para ponerlo sobre la cama y subir sobre él.
Una ronda de besos que ninguno quería terminar, se cortó por la falta de aire. Las batas terminaron en el piso y ahora sólo sus cuerpos se sentían por completo.
Los pequeños gemidos que salían de los labios de Joaquín, fueron suficientes para indicarle a Emilio cómo seguir.
Utilizó las yemas de los dedos para delinear cada contorno y con cada beso ó lamida, un soplido seguía.
"Bonito... Aún soy yo... ¿Quieres esperar al celo?"
*No... Te quiero a tí, Emi*
Un beso necesitado los une y Emilio toma del cajón, una botellita de lubricante y los preservativos.
Vuelve a ver a Joaquín, con el pecho subiendo y bajando. Con suavidad une sus labios y deja que su cuerpo reaccione, sin pensar en más que hacer feliz a su omega y disfrutar de su primera vez.
Las caricias toman todo de ambos. Sus jadeos suben de volumen y comienzan a sudar.
Cuándo Emilio comienza a besar los muslos internos, Joaquín gime y se aferra a las sábanas.
Escucha que algo se destapa y un paquetito se rompe. Cierra los ojos y siente algo frío alrededor de su entrada. Un dedo de Emilio lo acaricia, hasta que lo ingresa con calma.
La vista del alfa es gloriosa, y para aminorar el dolor, comienza a lamer la erección del omega hasta engullirlo.
Más jadeos y gemidos entrecortados, y el corazón latiendo desenfrenado son todo lo que puede sentirse. La luz del sol, hace que parezca mágico por el brillo que les regala.
Antes de siquiera pensar, el omega está lubricando por lo exitado que está. Los dedos de Emilio tocan su punto dulce y gime alto.
El alfa sonríe dejando la erección. Quita los dedos y se coloca un preservativo para colocarse sobre él.
"Mírame bonito, si quieres que pare, dime que pare y lo haré"
Joaquín asiente y toma aire. Mira a Emilio y coloca sus manos en la cara besándolo.
La lenta introducción hizo que Joaquín le mordiera el labio. Sólo continuan con el beso, hasta que el omega se mueve. Se miran apoyando sus frentes y gracias a la sonrisa que le dá, el alfa comienza con movimientos lentos.
La unión que se está realizando con sus cuerpos, se extiende a sus almas. Las manos de Joaquín apretan la espalda de Emilio, la rasguñan, la marcan.
Sus lenguas tratan de acallar los gemidos, pero es imposible dejar de mostrar la satisfacción que sienten.
Con un brazo apoyado, el otro lo pasa por debajo de la arqueada espalda y profundiza más la estocada.
*Aah... Mmmg*
"No te contengas... Bonito déjame oír lo que sientes"
El vaivén es rítmico, dejando salir los gemidos agudos y roncos que se mezclan a la perfección.
La estrechez le proporciona tanto placer a ambos, que ahora todo es gemido y beso, súplica y movimientos.
El vientre de ambos comienza a prepararlos para el punto cúlmine. Tantas sensaciones, un placer inigualable y su lazo más fuerte.
"Te amo Joaquín" - poniendo sus frentes juntas.
Se mueve más rápido y sin detenerse siente la lefa entre medio de ellos. Joaquín lo apreta fuerte y lo besa.
Emilio continúa sumido en el placer, al sentir el interior de su omega prensarlo. Un poco más y su semen se libera, para llenar el preservativo mientras suelta un gruñido contra el cuello.
La agitación se mantiene unos minutos más, hasta que el alfa sale y se retira el preservativo, para arrojarlo en el baño y volver con toallitas.
El omega cierra las piernas y se tapa la cara avergonzado. Siente cómo cae el semen caliente, mezclado con un poco de sangre, propia de su virginidad.
"Déjame limpiarte, vamos" - le acaricia las piernas.
Joaquín se descubre la cara y está rojo, mordiéndose los labios. Asiente y se deja hacer, con los ojos fijos en su alfa.
Emilio lo cubre con la sábana y tira las toallitas, para volver y taparse también mientras abraza a Joaquín por la espalda.
"Eso fué mejor de lo que una vez imaginé, fué perfecto. Puedo sentir tu corazón, y sé que sientes el mío. Dime que te gustó, que no te lastimé"
Las manitos del omega lo acarician y gira su rostro. Brilla su mirada y una enorme sonrisa hace que sus ojitos desaparezcan. Asiente y luego lo besa.
*Me gustó mucho, pero más me gustas tú y lo que siento aquí* - toca su pecho.
"Te amo tanto, mi omega bonito que prometo aquí y ahora, que nunca dejaré que alguien vuelva a lastimarte. Voy a cuidarte, a amarte, a hacer que vuelvas a ser tú"
*La luna me bendijo contigo alfa y también prometo amarte por el resto de nuestras vidas. Sé que en las próximas estarás ahí también, mi lobito lo sabe*
Un gustoso beso inicia, para culminar con los labios en un sutil besito que los hace reír.
Las caricias van y vienen, y en menos de lo que esperan las feromonas se expanden con furia y los ojos de ambos, dejan ver a los lobos.
El jadeo del omega al tacto del alfa, dispara una corriente eléctrica que desencadena el celo y ahora sólo se juntan cómo piezas de engranaje, sin soltarse.
Las erecciones vuelven a rosarse, y el movimiento deja fluir lo que prosigue. Gracias al lubricante natural, nada importa más que saciarse, y aunque estén al borde del abismo, el alfa se separa, tomando otro preservativo y desatando su calor.
Las pieles chocan, el falo se pierde en el interior sin parar, y nuevamente gemidos, gruñidos y dos lobos uniéndose.
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