20. Elián

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El joven omega entró a su departamento y cerró la puerta antes de desplomarse sobre el piso

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El joven omega entró a su departamento y cerró la puerta antes de desplomarse sobre el piso. Su respiración se agitaba como si se estuviese asfixiando y el sudor empapó por completo su ropa.

—Cálmate, cálmate...

Con dificultad, se arrastró hasta quedar recostado sobre un sillón de gamuza que le brindó una falsa comodidad a su intranquilo cuerpo. Solo permaneció quieto por unos pocos minutos, ya que luego toda su cabeza se sintió adormilada y el negro invadió su visión, cegándolo por completo. Su estómago se agitó y expulsó todo lo que estaba en él. El joven se llenó de lágrimas mientras vomitaba hasta la bilis; sus lindos ojos de conejos reflejaban una fuerte tristeza que causaba mucha lástima.

—Elián.

Una voz inesperada se mezcló entre el ruido del gargoteo y las toses sin control. El omega, al escuchar su nombre, retuvo su malestar y su corazón, lleno de miedo, empezó a latir más rápido. Sus grandes ojos enrojecidos buscaron la familiar figura de aquel alfa que solo estaba ahí para monitorearlo; lo encontró parado observando los edificios a través de la ventana.

—¿Qué haces aquí? Dijiste que nos veríamos dentro de una semana...

Elián dio largos suspiros para evitar seguir vomitando; la presencia de la feromona de ese alfa empeoraba su estado. Se sintió molesto, su linda carita se arrugó con inconformidad.

—Vi que necesitabas ayuda. No puedes arruinar la misión con tu inutilidad para soportar las feromonas alfa.

—Solo debo acostumbrarme, no tenía por qué venir...

—Estás actuando con demasiada libertad para hablar conmigo. Recuerda que eres un sujeto de prueba, Elián. Si digo que requieres ayuda, entonces solo cierra la boca. —Elián apretó sus labios y bajó la cabeza con miedo; su cuerpo comenzó a temblar y no dijo más nada—. Eso es, buen chico.

El alfa finalmente miró al joven; sus ojos y expresión estaban totalmente en blanco, como un ser carente de sentimientos. Sacó una inyección que encapsulaba una sustancia líquida de un azul prusia y, sin ninguna preparación previa, penetró directamente el esbelto y delicado cuello del pequeño omega.

—¡Ugh!

El alfa liberó sus intensas feromonas; Elián cayó al piso mientras se retorcía y lloraba de dolor.

—Cuánto más estés expuesto a Kemmet, mejor será tu resistencia contra los alfas. Si tienes algún síntoma desconocido, me tienes que decir.

Luego de decir aquello, el alfa se marchó en silencio, sin importarle ni un poco el pequeño cuerpo que parecía querer fallecer en cualquier instante.

Elián estuvo así toda la tarde, lloró hasta que no tuvo más lágrimas y luego se quedó inmóvil en el suelo, mirando el techo con los ojos vacíos.

Nunca le había gustado estar con vida. Desde que su estado de omega fue más evidente, los problemas llegaron uno tras otro. Él era un niño descuidado por sus padres, fue la presa perfecta para muchos alfas que querían descargar su frustración en el cálido cuerpo de un omega. No importaba dónde se escondiera, aquellos perros ingratos lo encontrarían. Vivió miserablemente y aprendió a controlar sus feromonas.

El miedo constante lo volvió demasiado escurridizo, a tal punto que desarrolló un tipo de poder.

Él podía sentir lo que los alfas llamaban "energía espiritual", esa que los hacía superiores y les brindaba las características de un animal poderoso como era el lobo.

Elián pensó que su vida mejoraría cuando lograse controlar ese poder, pero fue raptado y llevado a un laboratorio para ser usado como una rata humana. No pudo escapar de su destino, ocultó su poder para entrenarlo en secreto mientras era torturado con las múltiples inyecciones y estudios a los que era sometido diariamente.

Él era el tipo de omega que no soportaba ni un poco a los alfas; su olfato estaba demasiado desarrollado, lo que causaba que una mínima presencia de feromona alfa lo hiciera reaccionar. Aunque su reacción debería ser el deseo, lo que Elián sentía era una fuerte repulsión.

Luego de ser sometido a experimentos, finalmente fue liberado para realizar misiones.

Al parecer, Elián había logrado que aquella sustancia que estudiaban se estabilizara en su cuerpo. Él no entendía de qué manera, lo único que había notado era que sus poderes se volvieron más fáciles de manejar y sus avances eran más progresivos. Fue catalogado como el primer sujeto de prueba con resultados positivos.

En las frías habitaciones de aquel laboratorio se podían escuchar a diario los gritos de otros omegas; parecía que los hacían caer en la locura por la constante exposición a la sustancia que llamaban "Kemmet" y a las fuertes feromonas de alfas de diferentes categorías.

Elián sintió un alivio enorme al saber que finalmente saldría de ese aterrador sitio, pero lamentablemente había creado una grieta psicológica que le causaba ataques de pánico al estar cerca de algún alfa. El alfa que lo vigilaba se enteró de esto y lo utilizó como excusa para inyectarle más sustancia Kemmet. Esa sustancia era como un virus para su cuerpo, podía ser controlada por la voluntad del alfa que aportó su ADN en los componentes de la inyección.

Él poco a poco se convertía en un simple perro obediente.

Fue solo por esa razón que se obligó a soportar sus ataques de pánico; no quería seguir siendo inyectado, con cada punzada, su voluntad era arrebatada para servir a otros.

Para su misión debía infiltrarse y obtener información de una omega llamada Sarius.

Al parecer, esta mujer había captado la atención del líder que supervisaba las investigaciones. Era una omega increíble, se paseaba sin problemas en medio de alfas e incluso había logrado expulsar a uno. Era todo un misterio; no había mucha información de ella y lo poco que se conocía eran datos triviales y sin alguna relevancia importante.

Elián realmente la quería conocer, no por su misión, quizás ella podría brindarle algunas respuestas que lo ayudarían a superar su fobia a los alfas.

Solo quería ver una luz de esperanza. Quería confiar en que no viviría toda su vida de manera tan miserable.

Elián no quería ser ese tipo de persona que solo vivía para morir, él aún tenía sueños que lograr, él aún quería ser libre.

Elián no quería ser ese tipo de persona que solo vivía para morir, él aún tenía sueños que lograr, él aún quería ser libre

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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