Seis

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Minji.

Los besos comenzaron, podía sentir como sus manos me recorrían la cintura. Ella seguía en top y con ropa interior, aun así mis manos tocaban la piel expuesta admirando su suavidad.

Recorrió mi cuello con besos y mordidas hasta llegar a mis pechos. Tomando uno entre sus labios usa fl la lengua para acariciar la punta antes de una leve succión.

—Mmmh —tome su cabeza pegándola más a mi seno.

—Encontré un punto sensible ¿eh?

Dio una lamida de la base de mi seno hasta llegar a la aureola y rodearla, chupo de nuevo y con la mano libre bajo por mi vientre.

—Abre más piernas —en cuanto las separé sus dedos de hundieron en mi, los doblo hacia dentro haciéndome gritar —estas empapada.

Me beso de nuevo pero ataco mis pechos de inmediato, entre lamidas daba mordidas fuertes qué hacían que mi vagina se contrajera contra sus dedos.

—Voy a devorarte pequeña.

Su espesa cabellera era lo único que veía mientras bajaba por mi vientre hasta que llego a mi entrepierna. Su nariz rozo un segundo para lo siguiente qué sentir fue su lengua haciendo estragos en mis pliegues y clítoris.

—¡Oh dios!

Apreté las sábanas y las jale al volver a sentir sus dedos dentro combinados con la succión en mi sensible botón. Sentía que me volvería loca por la sensación.

Nadie me había tocado así, los ruidos húmedos de las lamidas y succiones eran sucios y sexys.

Se separo haciéndome sentir vacía y molesta, ya que no tardaba en llegar al clímax.

—Pequeña impaciente— se quito lo que le quedaba de ropa, admirarla desnuda es un deleite su cuerpo es delgado pero con una complexión atlética, sus muslos marcados, sus pechos son pequeños pero armonizan con su cuerpo —Vamos con la primer botella.

Tomo un vino amargo, se acerco de nuevo a mi hasta que sus piernas separaron las mías, metió una debajo de mi muslo, haciendo que pareciera que monto su pierna y ella la mía.

—Vas a mover tu cadera de esta manera —sentí el calor y humedad de su coño en mi piel —sigue mi ritmo.

Tomo mi rostro y comenzó a moverse, al principio imitarla era complicado pero ella me guiaba con la mirada, apretó mis labios vertiendo un poco de vino para beber de mi boca. El vino se regaba entre nuestros cuerpo, podía oler lo cítrico del líquido, sentir ese fuerte sabor de uvas.

Poco a poco su pierna se enterraba más entre mis labios vaginales frotando mi clitoris de manera más fuerte, al igual que mi pierna lo hacía con el suyo. Siguió vertiendo pequeñas cantidades de vino antes de besarme.

—Puedo sentir como palpitas, quieres correrte Minji ¿Quieres hacerlo? —jalo mi cabello —pídeme qué lo haga.

—Bada —mis ojos se hacían hacia atrás con cada movimiento —quiero correrme, ayúdame a correrme.

Metió la mano entre las dos y con una sonrisa ladina pellizco mi clitoris, al mismo tiempo que ella buscaba su propia liberación, sus pezones duros se frotaron contra mi y mi orgasmo golpeo al mismo tiempo que el de ella haciendo que la humedad en la sabana y piel fuera más allá del propio vino.

—¿Confías en mi?

Nuestras respiraciones aun no se calmaban cuando su pregunta me tomo por sorpresa, asentí, me dio un beso corto antes de tomar una nueva botella.

—Esta botella la escogí pensando en ti y en lo dulce qué sabrías y no me equivoque —su mirada se volvió algo salvaje —en cuatro ahora.

Cuando me gire ella separo mis piernas, sentí como paso su dedo por mi hendidura.

—Estas escurriendo —pude sentir su pecho contra mi espalda, su aliento me pego en el oído al mismo tiempo que susurraba— si eres buena niña te hare acabar de nuevo.

Sentí lo frío de la boquilla de la botella en mis pliegues antes que diera el primer empujón…

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