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*Todo aquello escrito en cursiva es un idioma no nativo a la persona que está narrando. Cuando Jisung es el narrador, el idioma miorino se encuentra en cursiva. Cuando el que narra es Minho, es el idioma kaeris el que se encuentra en cursiva.*

¡Hola!

Así es, me convertí en el modelo de la puntualidad(??

Espero que les guste ❤️

GLOSARIO AL FINAL DEL CAPÍTULO

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Jisung se rehusó a abandonar sus aposentos a lo largo de la siguiente semana.

El frío otoñal cayó sobre ellos como si la presencia de su familia hubiese robado todo el calor en el palacio. Lentamente las noches comenzaban a alargarse, y él, encerrado en su habitación con sus instrumentos y Felix como compañía, veía las estrellas asomarse cada tarde sobre el cielo miorino. Ni el rey ni su esposo habían llamado por él, no había motivos suficientes para hacerlo. Ningún noble se atrevería a realizar algún pedido tan solo días después de una boda real, por lo que su presencia no era necesaria durante las cenas. Nadie esperaría a un recién casado príncipe kaeris cumpliendo los deberes de un noble miorino.

-Oh, éste, alteza -dijo Felix, colocando un libro en su regazo antes de inclinarse hacia la pequeña mesa frente a ellos para tomar otro de la alta pila-. Algo sobre los mir es mencionado en la página treinta y dos.

Fuego crujía en la hoguera, el rostro de su sirviente iluminado por la luz de las llamas. Ambos estaban recostados en los amplios asientos de madera que rodeaban la fuente de calor, mantas cubriendo sus piernas y libros lanzados a su alrededor en un desorden que sólo Felix parecía comprender. Tazas de té verde humeaban a sus pies.

Todavía no se había atrevido a ingresar a la biblioteca real, entregando la labor de buscar libros para él a su sirviente. Gran parte de ellos estaban escritos en miorino, el lenguaje mucho más formal confundiendo a Jisung en cada página, pero Felix había tomado la determinada decisión de encontrar cada libro kaeris que pudiera. Su último tema de interés, al que habían dedicado su conversación la noche anterior, eran las leyendas de los mir.

Jisung sabía a la perfección lo que aquellas acciones realmente significaban. Como cada vez que se ahogaba en tontos proyectos de investigación, su mente buscaba huir de la realidad que lo atormentaba. Los sonidos detrás de la puerta junto a su cama lo mantenían despierto durante la noche, la idea de un niño creciendo en su vientre le erizaba la piel en una mezcla de miedo y agridulce emoción.

Sujetó el libro entre sus manos y pasó las páginas hasta llegar a la deseada. En ella había un oscuro dibujo de las gigantescas bestias, casi humanas, pero más cercanas a enormes lobos de nieve.

-¿Realmente crees que ellos desciendan de los mir? Quiero decir, eran verdaderos animales salvajes -acarició el dibujo con su dedo índice-. Los kae eran mucho más cercanos a nosotros. Solo sus alas, sus orejas y sus dientes eran distintos a los nuestros.

-Algunos dicen que sus ojos eran blancos como la leche y que sus garras se asemejaban a las de aves de caza -dijo Felix, inclinando la cabeza hacia un lado como si realmente estuviera meditando en el asunto-. Creo que no sería extraño que también ellos desciendan de antiguas criaturas de estas tierras, alteza.

-No, supongo que no -concedió-. La fuerza bruta sería algo justamente heredado.

El silencio los envolvió por largos minutos. Gotas de ligera lluvia comenzaron a golpear las ventanas. Su visión se nubló sobre las palabras, un pequeño temblor en su cuerpo indicando que el tiempo de elusión había terminado.

The Enemy || MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora