The Enemy || Minsung

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*Todo aquello escrito en cursiva es un idioma no nativo a la persona que está narrando. Cuando Jisung es el narrador, el idioma miorino se encuentra en cursiva. Cuando el que narra es Minho, es el idioma kaeris el que se encuentra en cursiva.*

¡Hola! El retorno de miss puntualidad(?

Espero que les guste el capítulo ❤️

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Día vigésimo tercero del décimo mes

Querido Jisung,

Escribo esta carta mientras el carruaje es preparado para mi viaje a Miorin. Me alegra en gran manera volver a ver tu rostro, aún en una celebración que me resulta poco interesante. Lo sé, es tu esposo, etc. No comenzaré otra guerra por el desagrado que siento hacia él. Lo prometo.

Tu última carta, sin embargo, ha atravesado mi cuerpo con una preocupación que creí olvidada. ¿Por qué debería tu esposo poner tales responsabilidades sobre tus hombros? Me rehúso a verlo con ojos tan positivos como lo haces tú, pero acepto tu dedicación a amoldarte a sus costumbres. Sé que has mencionado que durante los últimos días tus actividades han disminuido gracias a las labores políticas del príncipe miorino, que has encontrado descanso. Aún así, deseo que no sobreexijas tus fuerzas cuando quizás lleves a un niño en tu vientre. ¿Lo haces? Imaginé que luego de tantos días podrías saberlo. No importa. Me lo dirás cuando llegue a Tiorv.

Jisung, mostraré la honestidad que prometí en mi primera carta. Itet es una profunda sombra sobre todos nosotros. Creemos que han encontrado aliados en las Islas Heladas, descendientes de kaes que se hacen llamar "Herimi", con bendiciones similares a las nuestras. Nuestro padre está debatiendo cuántos de nuestros soldados deberán enviarse a la frontera de Miorin e Itet. Sobre Kaerin no hay preocupación, el pueblo acepta a los miorinos con cautela, pero no existen mayores complicaciones. Sin embargo, si las cartas de tu esposo dicen la verdad, es Miorin quien preocupa a ambos reinos. El sur sufre tensiones de las que el norte fue liberado, el comercio se ha quebrado al medio, y nuestro pueblo no es tan bien recibido como lo deseamos.

Por favor, aún cuando leas mis palabras, imploro que no dediques tus horas a pensar en estos asuntos.

Te extraño, hermano.

Han Hyunjin, Príncipe de Kaerin.

Era difícil no dedicar sus horas a pensar en aquellos asuntos. Sobre todo cuando su esposo había salido por la puerta de la biblioteca real tan solo cinco días atrás, y no le había dedicado más que breves saludos a lo largo de ellos. Se sentía como ser sumergido en aguas heladas cuando su cuerpo ya se había aclimatado al calor de una hoguera. Si su hermano hablaba con la prometida verdad, había un válido razonamiento para la distancia entre ellos. Problemas mucho más urgentes que la simple organización de festividades. Minho no necesitaba el peso de Umvir cuando la guerra amenazaba con volver a sus puertas tan pronto como la helada caricia del creciente invierno.

Sin embargo, a pesar de que su parte más racional pudiera comprenderlo, aquel voraz animal que dominaba sus emociones parecía negado a aceptarlo. Su esposo quizás no sería el amor de su vida, Jisung ni siquiera se atrevía a decir que lo conocía lo suficiente, pero el hombre había dedicado extensas tardes a organizar la vida que tendrían juntos. Había acariciado su piel bajo la luz de los faroles mientras oía sus palabras, sujetado su mano cuando los nervios la sacudían en un tamborileo constante, besado sus labios cuando una pelea llegaba a su punto de quiebre.