III parte: Rapunzel.

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Hay mil maneras de morir, y ella había elegido la peor: el amor.

Se puede amar de distintas formas, todas intensas y apasionantes, capaces de volver loco al hombre más cuerdo del mundo.

El amor es querer y desear con hambre voraz. Es entregarse y ser libre al mismo tiempo. Es contrariedad, es posesión y es inmolar.

Ella amaba con su ser entero, lo sentía en lo más profundo de su corazón, con un fuego ardiente y una fuerza tan potente que a veces le cortaba el aliento.

Los tres eran inseparables. Ellos le pertenecían y ella, a cambio, era suya. Se habían entregado voluntariamente, era un hecho, una verdad tangible e incuestionable.

Durante años compartieron risas, travesuras, llantos y secretos. Crecieron juntos, y a pesar de las situaciones complicadas que a veces se les presentaban, su unión se mantenía intacta.

Rapunzel sabía que era el pilar más fuerte. Ellos la habían elegido para mantenerlos a flote ante las adversidades, y aceptó ese papel con gusto.

Pero algo había cambiado. Un hilo invisible unía a Elsa y Jack de un modo que la excluía sin intención, porque en el fondo sabía que tal vez, era el hilo rojo del que muchos hablaban.

Comenzó a cuestionar sus sentimientos, y cada vez que los miraba, no podía evitar una inquietud que la agobiaba y confundía de tal forma que sus noches se convirtieron en desvelos sin oportunidad de descanso. La luna se volvió su mejor amiga y su camaleón de felpa era espectador de las lágrimas amargas que a veces escapaban de sus ojos verdes.

¿Eran celos? ¿Acaso era egoísta desear que todo se mantuviera igual? ¿Era estúpido intentar que el amor fraterno permaneciera intacto e impoluto?

No quería que sus propios sentimientos florecieran en algo aún más profundo, complicado y peligroso, porque ir por ese camino era un riesgo que no estaba dispuesta a tomar. Ya amaba lo suficiente, y era todo lo que podía dar. No tenía nada más que ofrecer.

Y sin embargo, esos ojos azules y sonrisa despreocupada asaltaban sus pensamientos de vez en cuando, robándole un suspiro o dos.

Love is just another way to kill.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora