Nevermind [YM]

8

Jimin se mantenía recostado en el pecho del alfa mientras veían la película, el aroma a licor del alma le era embriagante y relajante, Yoongi escuchó como Jimin suspiro y se alejaba de él para irse de ahí. Yoongi le puso pausa a la película y siguió al omega el cual estaba sentado viendo la playa de la isla.

—¿Sucede algo? —le pregunto.

—¿Cómo es tu vida fuera de aquí? —preguntó Jimin.

—Es complicada. —se sentó a la par suya.

—Tengo un bar. —se levantó y tomó la mano del alfa. —vamos.

Yoongi tomó la mano del omega y este sonrió para llevarlo a otra parte de la isla, el alfa sabía que la isla era grande, pero no espero que mucho, al llegar al lugar, Yoongi vio que este era como un club nocturno. El lugar estaba iluminado por luces de neón que parpadeaban en tonos azules y púrpuras, mientras la música suave resonaba en el aire cálido de la noche. Yoongi miró alrededor, sorprendido. Había mesas bien dispuestas, un pequeño escenario al fondo y una barra que parecía hecha de cristal, reflejando las luces de la pista.

—Este es mi sitio. —Jimin soltó la mano del alfa y caminó hasta la barra, donde se giró con una sonrisa traviesa. —Aquí es donde me escapo cuando quiero ser... yo mismo.

—¿Tu sitio? ¿Un club nocturno en medio de esta isla? —Yoongi arqueó una ceja, cruzando los brazos mientras lo observaba con curiosidad.

—No te imaginaba como alguien que disfrutaría algo así.

Jimin se rio suavemente, inclinando la cabeza.

—Hay muchas cosas que no sabes de mí, alfa. —Respondió mientras se deslizaba detrás de la barra con movimientos gráciles.

Sacó una botella de un licor brillante y comenzó a servir un par de tragos. El aroma dulce y embriagante llegó hasta Yoongi, quien no pudo evitar relajarse un poco más, aunque mantenía una mirada inquisitiva.

—¿Por qué me trajiste aquí? —le pregunto.

—Quiero mostrarte una parte de mi vida que no es tan complicada. —se rio. —Aquí no soy el omega del que todos huyen, aquí, simplemente soy yo.

Yoongi lo miró fijamente durante unos segundos antes de tomar el vaso y probar el licor. Suave, dulce y con un toque misterioso, igual que Jimin.

—Es interesante. —Murmuró. —Tú no dejas de sorprenderme, Jimin.

—Tal vez eso es lo que necesitas en tu vida complicada, alfa. —Jimin sonrió ampliamente, tomando también un sorbo de su vaso. —Un poco de sorpresa.

Yoongi lo miró en silencio, sintiendo cómo la barrera que solía mantener firmemente en su lugar comenzaba a desmoronarse un poco. La noche apenas comenzaba, y con ella, nuevas posibilidades.