Capítulo 10

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"Entonces, ¿Que tal estuvo su descanso de la tarde?"

Sentando en la esquina superior de la mesa, mi padre movió sus cubiertos y, concentrado en cortar su filete de manera delgada, preguntó.

En el gran comedor de la mansión, bajo el resplandor del costo candelabro que fácilmente costaría el salario base de un oficinista común y, con pinturas de un valor astronomico colgadas en las hermosas, el delicado decorado destacó con elegancia.

Una mesa familiar, de casi un metro de largo y 40 ctm de largo, llena de deliciosos manjares culinarios. Cuatro sirvientes se detuvieron de pie en las cuatro esquinas de la habitación, apenas aguantando la tensión en el aire.

Mientras tanto, yo, sentado junto a caber en la esquina izquierda del lado de mi padre, encontré aún más difícil respirar.

"... Estuvo bien, papá."

El sonido de los cubiertos moviéndose se mezclo con mi respuesta y, Caleb, asintió silenciosamente con una expresión oscura en el rostro. Mientras que por el contrario, mi padre lucía aterradoramente brillante.

"¿Solo "estuvo bien"? Eso es raro, el mayordomo dijo que estuvieron muy animados hasta hace unas horas. "

"No es tan así... "

"La sirvienta que los guío informo algo similar."

"... Si, lo estuvimos."

Mientras el sudor frío cubría mi espalda, apreté el puño bajo laa mesa. Aunque parecía una conversacion casual para aligerar el ambiente pesado en la mesa, el movimiento feroz del cuchillo de mi padre al atravesar su filete me hizo dejar en claro que no era así.

Esto era una amenaza silenciosa.

Déjate de tonterías, lo sé todo.

Sosteniendo sus cubiertos con manos temblorosas y, luchando por mantener la compostura mientras le sonreía forzadamente a su padre, enderezó su postura.

"Verás padre, Caleb y yo somos adulto casados… "

Bam!

En un instante, el puño de mi padre contra la inocente mesa y, tras levantarse bruscamente, gritó mientras nos señalaba con el dedo.

"¡Es mi maldita casa, hijo mal agradecido!"

"¡P-pero papá-!

"¡Callarse la boca! Solo han pasado unos meses desde que te marchaste de casa para abandonar a este pobre padre, pero ya eres todo un sinvergüenza, yo no te crié así."

Bajando la cabeza en silencio, fruncí los labios mientras murmuraba. "No es así, solo decía que es normal que los adultos tengan… "

"¡Seas un adulto o no, al menos deberías tener el decoro de… ! No, ah… mi presión arterial… ¡Mierda!"

Soltando una maldición, mi padre se dejó caer en su silla con la respiración agitada y el mayordomo, que estaba de pie detrás de su silla, se acercó rápidamente para entregarle sus pastillas para la presión.

"Señor, su medicina."

"Ah… gracias Victor."

Mientras mi padre tomaba agua para pasar la píldora, murmuro. "No puedo creer que se hayan atrevido a tal cosa en mi casa… ¡En mi propia casa!"

"Mi señor, tenga cuidado de no atorarse con el agua."

"Ah, si. Gracias de nuevo, Victor."

Mirando el suelo con los dientes apretados, Lucas fingió no darse cuenta de la mirada juguetona del mayordomo mientras se retiraba del lado de su padre.

Si No Puedo Casarme Contigo, Con Tu Hermano Sera. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora