Más Allá Del Umbral

Pendiente

Eizaku alza el filo de su espada al aire. Antes de que Kaito voltee, Shigeru se posa frente a él con una gran velocidad y defiende a Kaito del ataque de Eizaku. Este se sorprende. De su brazo salen un par de cenizas negras que se desintegran en vuelo. El kimono de Eizaku se quema un poco por su hombro ennegrecido.

-Parece que quieres volver a los viejos tiempos.

-No permitiré que le hagas daño a Kaito-san.

-No es mi objetivo, de todas formas.

-¡Tsukimori-san!- Kaito corre hacia Saito, quien es defendido por Misaki. Takeshi intenta soltarse de un cazarrecompensas que lo ataca con fuerza.

Shigeru da unos pasos hacia atrás. Eizaku apunta su espada hacia el frente. Hacia Shigeru.

-Si me dejas pasar, perdonaré a Kaito-san y mi trabajo aquí habrá concluido.- Dice Eizaku con autoridad.

Kaito y Misaki sostienen a Saito mientras Takeshi le da una patada a su enemigo.

-¡Debo ver el santuario! ¡¡¡Acabemos con esto!!!

Takeshi alza su espada. Esta comienza a emanar una gran cantidad de luz. -¡Toma esto!- Con fuerza, como si su hoja pesase más que antes, da un golpe al aire que libera una gran ráfaga de luz que atraviesa al cazarrecompensas. Éste cae de rodillas al suelo, inexpresivo. Sin perder más tiempo, Takeshi ingresa al santuario.

Kaito corre detrás de Takeshi. Al ingresar al santuario, encuentran a uno de los hombres sosteniendo a la joven Haruka por el cuello con su brazo.

-¡Suéltala!- Exclama Takeshi.

De fuera, Saito apoya su mano en el brazo de Misaki.

-Por favor... Deja que me vaya...

-Tsukimori-dono, no debe moverse por su herida.

Misaki mira hacia atrás, notando que Eizaku lo mira fijamente esperando una reacción.

-Estás distrayendote de tu objetivo, Eizaku.- Dice Shigeru con un tono irónico.

-Le queda poco tiempo... Podemos acabar con esto y dejar este duelo pendiente, si eso te parece agradable.- Eizaku ofrece un trato a Shigeru. Este lo mira haciendo una mueca hacia el costado con sus labios.

-¡¡¡TE DIJE QUE LA SUELTES!!!

-Retrocede, o le haré daño a esta pequeña sabandija.- Dice el hombre. -¿Crees que no te conozco a tí o a esta niña?

Kaito mira a Takeshi. -¿De qué está hablando?

-Takeshi y Haruka Akimichi. Dos mocosos revoltosos que causaban escándalos en distintas aldeas de los Clanes vecinos.

-¡Haz silencio y suéltala ya!

El hombre apoya el filo de su espada en el cuello de Haruka. -Alza tu espada, o da un paso al frente. Serás testigo de uno de los castigos que se merecen.

Desde afuera, una flecha entra a toda velocidad impactando en la frente del cazarrecompensas, haciendo que suelte a la joven y caiga seco en el suelo. Esquivando los cuerpos, Haruka corre en brazos de Takeshi.

Kaito se da la vuelta y puede ver a Eizaku al frente de Saito y Misaki. Corriendo con espada en mano, da un salto por el umbral del santuario. -¡¡¡ALÉJATE DE ÉL!!!- Grita furioso. Un espadazo a Eizaku hace que se parta al medio, siendo una sombra que se desvanece en pequeños retazos de ceniza. Sus miradas se cruzan hasta que termina de esfumarse por completo.

Misaki tiene a Saito en sus brazos. Kaito mira como Shigeru se acerca lentamente.

-Tú... ¿¡Qué hiciste!?

-Lo que debía hacer.

Misaki mira a Kaito mientras este cierra sus puños. Takeshi y Haruka salen del santuario.

-Kaito-san.- Takeshi pone su mano en el hombro de Kaito. -¿Podrías darme la espada de mi hermana?

Kaito se da media vuelta. Ver a Takeshi y a Haruka hizo que sienta algo dentro suyo que lo hizo relajar su ceño. Haruka abrazando a Takeshi. Sus rostros cansados. Kaito mira la espada de Haruka, y se la devuelve.

-No lo salvaste a él. Pero nos salvaste a nosotros.- Dice Takeshi con una dulce voz. -Estamos agradecidos contigo.- Shigeru puede ver como Kaito baja la mirada.

-Tienes mucho que aprender, Kaito-san. Aún así, lo hiciste bien esta vez.- Shigeru congratula a Kaito. Aunque no tiene suficiente conocimiento para vincularse con su espada, salvó a los hermanos. En los cuales él puede ver un reflejo de sí mismo. Y Shigeru puede notar esto.

-Hay que hacer algo con ellos.- Advierte Misaki.

-Hay que llevarlos al Consejo y que ellos decidan qué hacer.- Kaito se sorprende de Shigeru. Este toma su espada y hace un rectángulo en el aire llegando al suelo. -Crucen por la Entrada. Los estaré esperando.

Sin decir más, Shigeru dió dos pasos y se desvaneció por completo en el espacio que dibujó con el filo de su hoja. Misaki toma del hombro a Takeshi, mientras este toma fuerte a Haruka. Kaito, detrás de ellos, se nota preocupado.

Al cruzar por la Entrada, Kaito, Misaki, Takeshi y Haruka ingresan al Consejo. Al frente, tienen a los Ancianos.

-Veo que han cumplido con el pedido.- Dice Kohaku.

-Hemos hecho lo que pudimos. Resulta ser que Saito Tsukimori ha sido traicionado por sus hermanos, y fue desterrado de su Clan.

-¿Alguna noticia de Saito?- Pregunta un anciano de larga barba blanca y arrugas.

-Él... Bueno...

-Comprendo.- Dice Kohaku con un suspiro. -Bien. Me interesaría saber más sobre lo sucedido con el Clan Tsukimori. El próximo objetivo es dirigirse al Clan y conseguir toda la información que puedan. En cuanto a los rebeldes... Eh, ¿Es todo lo que consiguieron?

-Somos todo lo que queda.- Responde fríamente Takeshi. Kohaku se le queda mirando, en silencio.

Como por un parpadeo, un jóven con la mitad del rostro cubierto por una máscara blanca, que hace juego con su traje y corbata del mismo color, hace aparición. Cabello celeste pastel, y ojos plateados. Se acerca suavemente a ellos sin emitir sonido alguno, y se abre de brazo a Takeshi y Haruka.

-Acompáñenlo. Él los llevará a su destino.- Dice Kohaku. Takeshi es detenido por Kaito.

-Lo lamento tanto...

-Descuida.- Takeshi sonríe relajado. -Nos volveremos a ver.

Takeshi y Haruka van de la mano acompañando al jóven. Por el mismo lugar del que apareció, los tres desaparecen.

-Bueno, es hora de irnos...- Shigeru da la media vuelta. Kaito mira de reojo a Misaki. Este se ve despreocupado. Ambos cruzan miradas antes de acompañar por detrás a Shigeru. Kaito cierra su puño con fuerza.

...

-¿Qué harán con él?

-Después nos encargaremos.

-No lo lleven al extremo. Creo que hay algo en él... Algo interesante.

-No prometemos nada.

-...No olviden quién es la autoridad en este mundo.