Tú, más que nadie, sabes que significa que te hagan daño. Sabes lo que es la soledad, aún estando rodeada de gente. Sabes lo que es querer tanto a alguien que no te das cuenta del mal que te hace.
Siempre piensas que lo hace porque te quiere, que algún día cambiará, que las cosas no serán así para siempre. Pero en tu interior ves como cada día tus ganas de vivir se apagan un poquito más, tu sonrisa ya no es la misma, tus ojos ya no transmiten la alegría que solían reflejar.
Y, en lugar de huir, sigues ahí. Sin saber muy bien por qué. Te dan miedo los cambios, crees que no soportarías vivir sin él. Pero vivir con él te está matando lentamente. Y un día te pegará más fuerte, y tú no tendrás ganas de luchar, y todo acabará.
Que puede que no quieras luchar más por ti. Que no encuentres motivos, que te sientas tan sola que no quieras luchar y pretendas aceptar ese destino. Pero en esos momentos, piensa que siempre hay alguien a quien le importas más de lo que crees. Cualquier persona. Tu familia, amigos, o cualquier extraño al que te cruzas en el supermercado y del que ni siquiera recuerdas su nombre.
Hay alguien al que le alegras el día con solo existir. Y es por lo que debes seguir luchando. Así que huye, hazlo ahora que puedes. No esperes a que sea demasiado tarde. Que tu vida es tuya, y te mereces ser feliz, tanto o más como cualquiera.
Que no necesitas el amor de nadie para vivir, solo el tuyo.
Y quiérete, porque eres diferente a todos los demás, eres maravillosa, eres especial, y tu sonrisa merece la pena.