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Era una mañana fresca en la residencia Belmont, las primeras luces del día comenzaban a filtrarse por los pesados cortinajes del salón principal

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Era una mañana fresca en la residencia Belmont, las primeras luces del día comenzaban a filtrarse por los pesados cortinajes del salón principal. La familia Belmont se encontraba reunida alrededor de la mesa del desayuno, con el bullicio habitual de tazas de té y platos siendo servidos. Sin embargo, la atmósfera era un tanto diferente a la
habitual.

Emma, radiante, hablaba animadamente sobre la fiesta de la noche anterior, su rostro lleno de emoción mientras relataba las atenciones de varios caballeros. No era de extrañar que estuviera tan alegre; todos sabían que ella soñaba con encontrar un esposo, y la idea de ser la protagonista de la temporada aún la llenaba de ilusión. Por otro lado, Theo, con su actitud despreocupada y ligeramente burlona, tomaba su té sin parecer inmutado por el drama de las bodas y las alianzas.

Pero la figura más sombría en la habitación era Jane. Sentada en la esquina, con una copa de agua frente a ella, no hacía más que mirar las letras impresas de Lady Whistledown que había encontrado entre las páginas del periódico, un hallazgo que no la agradó en absoluto. Se mantenía en silencio, sus ojos oscuros se perdían en las palabras de la misteriosa columnista, que había hablado de la fiesta y de las intrigas sociales.

Aquel día, Lady Whistledownhabía dejado caer una observación que, por alguna razón, había molestado profundamente a Jane:

"Anthony Bridgerton, el soltero más codiciado de Londres, ya había comenzado a buscar una esposa... pero quién sería la afortunada de llevar su nombre... o tal vez no tan afortunada."

La nota pasaba por alto a todas las candidatas posibles, pero era claro que Anthony, quien había sido su mejor amigo en su juventud, ya no estaba interesado en ellas. Él había dejado en el aire un vacío en su vida, un vacío que Jane no podía llenar.

Aun así, el verdadero detonante de su mal humor era el hecho de que, la noche anterior, Emma había sido eclipsada por Edwina Sharma, la verdadera estrella de la temporada. La joven Sharma, siempre encantadora y llena de encanto, había atraído la atención de todos los presentes, y más que nada, el interés del propio Anthony Bridgerton. Jane no podía evitar sentirse desplazada, no solo por el hecho de que Edwina había tomado su lugar en los ojos de la sociedad, sino también porque veía que su propia hermana había sido relegada, sin quererlo, a un segundo plano.
—Parece que la temporada tiene nuevas estrellas, ¿no?—comentó Emma con una sonrisa triunfante mientras hojeaba su propio ejemplar de Lady Whistledown, sin darse cuenta de que Jane no compartía el entusiasmo.

Jane levantó la mirada con una expresión distante, sus labios apenas curvándose en una ligera mueca. —No estoy segura de qué tan brillante puede ser una estrella que no sabe dónde brillar realmente— murmuró, más para sí misma que para los demás, aunque la ironía en sus palabras no pasó desapercibida para nadie.

Theo, sin embargo, no pudo evitar lanzar una mirada a su hermana mayor, notando su evidente malestar. —¿Estás celosa de Edwina Sharma?—preguntó en tono juguetón, aunque había algo en su voz que sugería que no lo decía solo para molestarla.

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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Mr.Perfectly Fine||Anthony bridgerton Donde viven las historias. Descúbrelo ahora