Proceso

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Lexie

¿Quién creería que mi hermano podría ser así de tierno? Ni yo conocía esa faceta, pero me encantó que me la hubiese mostrado sin tanto problema, fue lindo. Sin embargo, no todo es color de rosas. Aún se me hace difícil entender la situación y aún más confiar en él. Yo sabía a la perfección de todas las chicas con las que él se había acostado y he de admitir que ninguna era como yo. Todas eran cabezas huecas con un físico bonito, no entendía cómo podía acostarse con personas así.

(El es Ethan, el hermano de Lexie, su mate)

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(El es Ethan, el hermano de Lexie, su mate)

Me apresuré a cambiar mi ropa para así ir al cuarto de Ethan y poder descansar, he de admitir que se me hacía raro la situación, pero a su vez era fascinante saber que mi mate era un hombre sexy, acuerpado e inteligente. Cuando terminé de colocarme mi pijama de seda fui hacia el cuarto de mi alfa, sonaba raro decir eso. Entré en la recamara y olía a él, a ese aroma que me había cautivado. Ignorando aquella fragancia, procedí a recostarme en la cama para poder caer en brazos de Morfeo.

Horas después, sentí como la cama se hundía, me levanté mirando el reloj que había en la mesa de noche, me di cuenta de que eran las dos de la mañana.

- ¿Por qué tardaste tanto? – Pregunté rascándome los ojos. Sé que lo asusté porque saltó cuando hablé, creo que no se había percatado de que me había despertado.

- Estaba resolviendo unos asuntos que tenía pendiente mi luna – Volteó a verme, pude notar como en su rostro se formaba una sonrisa – Sigue durmiendo pequeña, mañana tenemos que planear tu presentación – Dijo dándome un beso en la frente.

Todo esto era nuevo para mí y me daba mucho miedo. Me daba pavor no ser aceptada o simplemente no poder hacer las cosas bien.

- No te asustes, todo saldrá bien – Al parecer mi miedo era palpable

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- No te asustes, todo saldrá bien – Al parecer mi miedo era palpable.

Decidí no darle más vueltas al asunto y seguir durmiendo. Antes de caer en un sueño profundo sentí como Ethan me pegaba a su cuerpo mientras que colocaba su brazo en mi cintura. Noté como nuestros corazones palpitaban al mismo tiempo y debido a su cercanía, sentía un calor que me ayudaba quitarme el frío. 

A la mañana siguiente yo no sabía cómo actuar, simplemente era raro, aunque sabía que me tenía que adecuar. Aún seguía en la habitación de Ethan, eran las diez de la mañana ¿tan cansada estaba? Sabía que ese día sería agotador, tenía que planear junto a Ethan mi presentación como luna de la manada, era consciente de lo que se me venía.

- Hola princesa – Escuché la voz de Ethan – Dormiste mucho tiempo ¿si descansaste bien? – Preguntó mientras se sentaba en la cama junto a mí.

- Si, la verdad dormí bastante bien, además me sentí muy cómoda – Dije sintiendo como la sangre me subía a las mejillas.

- Ya veo nena, creo que es hora de que te levantes – Dijo mientras acariciaba mi mejilla con las yemas de sus dedos – Hoy tenemos que planear tu presentación, quiero que sea perfecta – Dijo con un tono alegre.

- De hecho, estaba a punto de hacerlo – Dije sentándome en la cama en forma de indio – Pero la verdad es que aún tengo sueño, quiero seguir aquí acostada, tu cama es muy cómoda – Dije haciendo pucheros.

- No me hagas esa cara nena, más tarde si quieres podemos venir a acostarnos un rato, pero ahora es momento de trabajar, levanta ese gran culo que tienes y metete a bañar, te espero en el comedor, debemos desayunar – Dijo dándome un beso en la frente, luego de eso se paró de la cama y se fue.

Era raro ver a Ethan siendo tan afectivo, él no solía ser así, pero he de admitir que me encantaba que lo fuese, aunque a mi mente se le hacía extraño, pero creo que lo debía de aceptar de una vez por todas.

Luego de esa escena de ternura por parte de mi alma gemela, procedí a ir al baño para darme una ducha rápida. Cuando acabé de ducharme, me puse unos shorts de mezclilla con un saco que encontré en el armario de Ethan, era lindo y además olía a él. Cuando acabé de arreglarme, bajé al comedor; cuando llegué vi que todos estaban reunidos, en ese momento supe que ese desayuno iba para una conversación un poco larga.

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