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Ya habían pasado doce años desde su boda, un total de veintiún años eran lo que llevaban juntos y su amor solo había aumentado con el tiempo, y también su familia. Ahora eran padres de tres mocosos que habían heredado los bellos ojos de Shoto y la forma de expresar mil cosas con solo un pequeño gesto en su mirada. Bakugo adoraba eso.

Viendo como su niño mas pequeño cerraba sus parpados para finalmente descansar el día había finalizado para la pareja. Acostados en su cama, mirándose fijo sin decir nada pudieron decir mil cosas.

Katsuki y sus ojos rubíes llenos de amor.

Shoto y su miraba de dos colores gritando cuanto lo amaba sin mover sus labios.

Si, ellos sabían que las miradas podían decir mil cosas y lo confirmaban cada día que transcurría en su agitada vida.

Bakugo sabia que los ojos de su esposo eran lo mas hermoso que jamás vio y vera en su vida. Enamorado de cada una de sus pestañas le beso la frente, haciendo sonreír al bicolor.

Con sus frentes juntas se vieron una ultima vez antes de cerrar los ojos para poder descansar, y en medio de todo el silencio dos palabras volaron por el aire envolviendo a la pareja con el cariño que trasmitan.

- te amo







Fin.

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