CHAPTER FOUR

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Sarah se levantó al rededor de las siete de la mañana, lista para empezar en su trabajo

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Sarah se levantó al rededor de las siete de la mañana, lista para empezar en su trabajo. Tomó una ducha y se vistió con su horroroso uniforme. Los chicos le habían escrito ayer para que hoy fueran sacar el máximo dinero por el oro pero no podía venir por obvias razones, últimamente la estaban incluyendo desde que encontraron el oro y no le parecía una coincidencia así que no estaba del todo buen humor aquel día.

La brisa volaba sus mechones de buena mañana, llegó allí dejando sus cosas en la respectiva taquilla, no había entendido muy bien porque estaba allí tan temprano si a estas horas no venía nadie.

— Buenos días, Raz - saludo la rubia a su jefe que estaba limpiando.

— ¿Qué haces aquí tan temprano?

La estupida pregunta resonó en su cabeza. — Pues porque mi horario es de mañana de ocho a una, ¿verdad

— Sarah, es domingo - se cruzó de brazos. Sarah maldijo el día en que nació.

— Igualmente, tú ayer me dijiste que empezaba hoy - trato de defenderse. Raz soltó una risotada.

— Igualmente, quédate aquí mujer a tomar unas copas - la invito de forma coqueta pero ella identificó por dónde iban los tiros. — Así nos conocemos un poco más.

— Oh, no gracias, tengo cosas que hacer - forzó una sonrisa para no quedar mal.

Agarró su bicicleta con rabia. Se había levantado temprano por culpa de su mala cabeza y del inútil de su nuevo jefe. Volvió a casa y se retiró el uniforme, por una parte se había librado de haber llevado eso. Se puso su pijama y volvió a dormir. Sus padres seguían de negocios así que tenía una paz inmensa y podía dormir tranquilamente sin escuchar gritos ni nada.

Durmió plácidamente hasta que su teléfono vibró, ya había vibrado unas tres o cuatro veces pero no se había dado cuenta por estar durmiendo. Cuando alzó la visto vio la hora y cuatro llamadas perdidas de Kiara. Eran casi las once de la mañana y no había echo nada.

Pegó un bote sobre la cama y llamó de vuelta a Kiara.

"Hola Kiara" "¿Que pasa?"

"¡Ven ya!" ¡Dónde coño te has metido!" "¡Te necesitamos ya!

"Ya voy dame unos diez minutos"

"Venga, pesada, espabila" "Te esperamos fuera de tu casa"

A Sarah le volvió a sentar mal que Kiara le gritara pero cada vez menos, era como costumbre y lo había normalizado aunque ella odiaba que le gritaran, desde pequeña hasta ahora ha odiado los gritos.

REMINDER || Rafe Cameron Donde viven las historias. Descúbrelo ahora