El reinado del príncipe

1.5

Capítulo 05
Donde el Orgullo y el Deseo se cruzan en silencio.

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El caos del barco era evidente, con marineros moviéndose de un lado a otro, cargando barriles, cuerdas y cajas que parecían multiplicarse con cada maniobra del navío. James avanzaba entre la multitud con su habitual seguridad, esquivando obstáculos y saludando con una sonrisa a quienes lograban cruzar miradas con él.

El mar se movía Pacífico mientras que los tripulantes comenzaban sus actividades. Podía observar a la distancia algunas islas que pintaban él inmerso océano. James quería llegar a al puente de mando para observar mejor lo que su padre y el viejo capitán hacían. Sin embargo, justo cuando estaba por doblar hacia la escalinata principal, un marinero corpulento apareció de la nada, cargando un barril enorme que bloqueaba casi todo el espacio.

"¡Cuidado chico!."

James no tuvo tiempo de frenar ni de calcular un giro. Lo único que vio fue el borde del barril, demasiado cerca, y el brillo de las cuerdas que podían enredarse si intentaba moverse con rapidez ordinaria.

Su instinto se activó antes de que pudiera pensar.

Con un chasquido silencioso, su cuerpo pareció disiparse en un destello cegador. El aire se llenó de un zumbido sutil, y en menos de un parpadeo, James había reaparecido al otro lado del marinero, aterrizando con la ligereza de una pluma.

El barril siguió su curso, ajeno al peligro que había estado a punto de causar, y el marino se disculpó corriendo a alcanzar el barril antes de que provocara algún accidente. James, sintió el ardor en sus músculos, una señal del alto costo de usar ese poder tan abruptamente.

"Aún te falta entrenamiento."

La voz suave de su padre, Fleamont, llegó desde la cubierta superior. James levantó la vista, encontrando a su padre observándolo con los brazos cruzados y una expresión serena.

"Tu control está lejos de ser perfecto. Si yo, a esta distancia, pude notar el destello, cualquiera podría hacerlo," continuó Fleamont. No era un regaño, sino una observación cuidadosa, como siempre lo hacía.

James sonrió de lado, recuperando su postura mientras se sacudía el polvo imaginario de sus ropas. "¿Debería preocuparme?" replicó, subiendo las escaleras hasta encontrarse con su padre.

La incomodidad en sus músculos seguía ahí, una sensación punzante que le recordaba que el dominio total de su habilidad aún era un objetivo lejano. Pero su padre tenía razón: necesitaba más práctica.

En la cubierta principal, un hombre alto y corpulento los esperaba. James inclinó ligeramente la cabeza en señal de respeto. "Capitán Aldrin," saludó con un tono formal pero amable. El capitán era un viejo conocido de la familia Potter, un aliado clave en los tiempos más prósperos antes de la guerra.

"Lord Potter, joven James," respondió el capitán con una sonrisa que delataba el aprecio que tenía por ambos.

Después de un breve intercambio de cortesías, James continuó su camino junto a su padre hacia una zona más tranquila del barco. Fleamont caminaba despacio, sus movimientos marcados por la edad, pero en su mirada cálida brillaba una determinación inquebrantable.