Su tono de llamada le resonó en la cabeza como un martillo sobre vidrio, una mueca de incomodidad se formó de inmediato mientras se removía bajo las sábanas, con pesadez intentó encontrar el orígen del peor inicio de día posible y como si su cerebro estuviera aprendiendo funciones básicas tocó la almohada encontrando la fuente del ruido que definitivamente nadie querría escuchar en vacaciones.
Eren- ¿S- ¿Sí?
Un bostezo y más estiramientos lo distrajeron completamente de lo que su compañero de trabajo intentaba comunicarle, al otro lado de la llamada estaba un angustiado tipo reclamando su ausencia tan prolongada.
Eren- ¿Qué?
(Floch- ¿Dónde estás?, fuí a tu apartamento y me dijeron que hace una semana te fuiste, ¿A dónde?)
Eren- estoy en la casa de mis pad- ¿Fuiste a mi apartam- ¡¿Cómo sabes dónde vivo?!
Esta información lo terminó de despertar por completo, bastante incómodo y perturbado esperaba una explicación razonable, a menos que la empresa no hubiese quebrado repentinamente no había razones para ser tan invasivos.
Floch- eres mi compañero y es algo que debo saber, estoy hasta el cuello de material porque no me avisaste que te ibas, ¿Crees que es justo?, no he dormido desde ayer
Eren- ¿Así que por eso interrumpes mi sueño?, hay muchísima más gente que te puede ayudar
Floch- pero solo he trabajado contigo y-
Eren- empiezo a creer que tienes una rara obsesión conmigo, no me jodas Forster o le diré a recursos humanos que de alguna manera supiste donde vivía
Floch- no es información clasificada y haz lo que quieras, igualmente te enviaré los documentos
Eren- maldita sea, ¡Me acabo de despertar!, estoy en medio del campo con un mínimo de señal, ¡Ya sabes dónde puedes meter esos documentos!
Colgó de inmediato indignado por este reclamo sin sentido, ¿Quién se cree este principiante para hablarle así?, no entendía porque lo habían contratado si ni siquiera podía manejar algo de trabajo por si sólo. Frustrado lanzó el teléfono a un lado mientras se colocaba las sábanas hasta la cara, el sol ya empezaba a colarse por el pequeño espacio entre las cortinas.
Inhaló dos veces con un movimiento de naríz casi canino intentando detectar los deliciosos desayunos que su madre le había estado preparando toda la semana, pero está vez no sentía nada, es más, la casa estaba muy silenciosa.
Molesto y sin quitar la mala cara se sentó tomando nuevamente su celular, la débil señal apenas le pudo cargar un par de mensajes y la gran mayoría de ellos provenían de Floch enviados en la madrugada, de manera inmadura respondió con dos emojis groseros del dedo del medio y luego archivó aquel chat.
Se levantó al ritmo de otro bostezo y su último estiramiento lo hizo suspirar fastidiado por esta forma de despertar, sin desayuno, con una jodida "alarma", y por último sin señal para ver algo entretenido en línea.
Abrió la puerta de su antiguo dormitorio de la infancia y comenzó a examinar el lugar con él oído y la vista, nada de nada, era muy extraño ya que su consentidora madre no podía poner un pie fuera de allí sin darle besos, abrazos, bendiciones y un desayuno digno de un rey.
Aunque estuviesen en el patio podría escucharlos hablar ya que al parecer aquí era ilegal usar un tono de voz que no fuera el máximo volumen de la faringe, suspiró otra vez porque se habia levantado temprano por nada y la ausencia de desayuno estaba compitiendo con esto para ver que era peor.