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Jungkook sabía muy claro que tenía un solo propósito en ese instante, reunirse con Sully y terminar con ella, porque, ya se había prometido terminar eso que no lo dejaba avanzar con Taehyung. Tenía una meta clara y era, enamorar a su vecino y corresponder  sus sentimientos.

Lastima que no salió todo como Jungkook lo tenía fríamente calculado.

- Estas ¿terminando conmigo? Jungkook.. yo-

- Perdóname Sully, pero yo no puedo seguir contigo, lo siento mucho.

- No puedes hacerme esto Jungkook, ¿Qué hay de lo de nuestras familias? A mi padre no le agradará nada esto.

- Sully, ya no me importa el señor Jung, ya no quiero reconocimiento de parte de tu familia.

- Jeon, sabes que te puedes arrepentir ¿cierto?

- No me arrepiento de nada, Sully.

- Le diré a mi padre Jeon, y te prometo que como abogado, jamás podrás tener ese puesto que tanto anhelas.

- Sully, tus amenazas no afectarán mi desempeño, sabes que nosotros estábamos juntos porque nuestras familias así lo quisieron, yo no estoy enamorado de ti, si te tenía admiración, más no estaba enamorado y nunca lo estaré, al menos de ti no.

- Como quieras Jeon, pero sabes a las consecuencias que vendrán.

- Te reitero, no me interesa nada de lo que tu padre tenga poder y lo que pueda hacer en contra de mi.

- Adiós Jeon. - Sully se retiró indignada de no ver un poco de preocupación en la cara de Jeon. 

Sully estaba tan molesta que lo único que hizo fue evitar toda palabra dirigida por Jungkook, y optar por amenazas que pudieran hacer aflojar a Jeon, quizás convencer a este.

Los Jeons y los Jung eran amistosos unos a los otros, solo por el hecho de que eran muy competitivos, y la mejor forma de dejar esa rivalidad, eran sus hijos, pero ahora eso iba a ser inevitable, ya que Jungkook ya no tenía ningún lazo amoroso con Sully. Ya que un castañito hermoso había cautivado el corazón de un Jeon y no cualquier Jeon, porque hablamos de Jungkook, el hijo único de la tercera generación en el bufet de abogados más poderosos de Corea. 

Jungkook tenía un peso menos en su vida, Sully si bien era una persona respetada y buena en la carrera de Derecho, su carácter no era el más adecuado, era una persona arrogante e incluso soberbia, Jungkook sabía como era en realidad, pero sus padres lo tenían un tanto amenazado con el tema de casarse con ella, su cercanía se hizo un tanto soportable, que hubo un punto en el que Jungkook aprendió, más bien, se acostumbró a Sully, y pudo desarrollar un respeto, una pisca de admiración por la pelinegra, pero nunca llegó a sentir amor, ese amor que te revuelve el estómago, que te hace perder los estribos por los celos. No era lo mismo que le hacia sentir Taehyung. 

Jungkook se dirigió a su departamento para poder tomar sus cosas y asistir a sus clases, ya que tenía un examen oral de derecho civil III, que debía rendir. Un tanto apurado, Jeon subió las escaleras porque el ascensor se demoraba una eternidad, corriendo por las escaleras, todo sudado, pudo llegar a su piso y así entrar a su apartamento, pero antes de abrir completamente su puerta, divisó a un hombre alto y malditamente guapo al frente de la puerta de su castañito, con unas flores y unos bombones en la mano. Jungkook pasó su lengua por su mejilla al ver detalladamente al hombre que se encontraba insistentemente tocando la puerta de su amado Taehyung, al darse cuenta que era el mismo hombre con el cual se encontró Taehyung el domingo por la noche, el mismo que vino en un auto demasiado lujoso, el mismo que le abrió la puerta del auto para que Taehyung pudiera subir a este, Jungkook ya estaba demasiado molesto, que ni cuenta se dio de que su vecino ya estaba en la puerta, recibiendo al hombre que minutos atrás estaba tocando la puerta. Eso hizo enojar aún más a Jeon, el simple hecho de que estuviera entrando a la casa de Tae, ya lo estaba volviendo loco de los celos, ¿Qué tenía que hacer ese estúpido en la casa de su vecino? ¿Por qué le traía flores y chocolates? 

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