Ecos del Silencio
El sonido metálico de botas resonando en los pasillos fue lo primero que escuchó Jungkook al despertar. La luz que entraba por las pequeñas ventanas del dormitorio le golpeó los ojos, intensificando el martilleo en su cabeza. Levantó una mano para cubrirse el rostro y dejó escapar un gruñido bajo. Cada músculo de su cuerpo estaba tenso, como si hubiese librado una batalla la noche anterior.
"¿Qué demonios pasó?", pensó mientras trataba de unir las piezas de los eventos previos. Pero nada concreto venía a su mente, excepto una vaga sensación de calor en su pecho... y algo que se escapaba de sus recuerdos como arena entre los dedos.
Se sentó en el borde de la cama, frotándose el rostro con ambas manos mientras intentaba ahuyentar la somnolencia. Había entrenado duro el día anterior, o al menos eso era lo que suponía por el dolor en sus músculos.
Sin embargo, algo lo inquietaba. Había imágenes fugaces en su mente, fragmentos desconectados de lo que parecía haber sido un sueño o eso pensaba.
En su mente, veía la imagen de Jimin, de cerca, como si estuvieran a solo centímetros de distancia. Había algo extraño en esos recuerdos: el calor, la presión, una sensación inexplicable que aún parecía latir en sus labios.
Frunció el ceño y se levantó con torpeza. Caminó hacia el espejo, observándose con ojos entrecerrados. Algo estaba mal, pero no sabía exactamente qué. ¿Por qué su subconsciente había traído a Jimin a sus sueños? ¿Y por qué ese sueño parecía tan real?
Intentó reconstruirlo mientras se vestía, pero las imágenes eran fragmentadas: Jimin hablándole, el brillo de sus ojos, y luego algo más... algo que no podía definir. Había calor, algo que parecía un beso, pero no podía ser cierto.
"Solo fue un sueño raro," murmuró para sí mismo, como si decirlo en voz alta lo hiciera más cierto.
Sacudió la cabeza, apartando cualquier pensamiento innecesario. Mañana comenzaría la misión, y no podía permitirse distracciones. Con un suspiro pesado, se puso las botas y salió al área de entrenamiento, decidido a olvidar cualquier cosa que pudiera haber sucedido.
- Primero entrenamiento, después café - murmuró para sí mismo mientras ajustaba los guantes de combate. El día sería largo, y necesitaba estar al cien por ciento.
En otra parte de la base, Jimin estaba sentado solo en una esquina del comedor, observando cómo los soldados conversaban y reían entre ellos. Tenía una bandeja frente a él, pero no había tocado nada de su desayuno. Sus ojos estaban fijos en un punto indeterminado, mientras su mente procesaba una y otra vez lo sucedido la noche anterior. El beso. Los labios de Jungkook sobre los suyos. El calor de su aliento. El roce de sus manos en su rostro. ¿Qué había sido todo eso?
Jimin intentó buscar una explicación lógica, pero su sistema seguía fallando. Había leído sobre las interacciones humanas, sobre besos y lo que representaban, pero experimentarlo directamente era algo completamente diferente. Lo que más le confundía era cómo Jungkook, alguien que siempre parecía tan controlado, había hecho algo tan impulsivo. ¿Lo recordaría él también? ¿Qué significaba ese beso?
Sin darse cuenta, sus dedos jugueteaban con la orilla de su bandeja. "Debería hablar con él... pero ¿y si no quiere hablar conmigo?", pensó. Ese dilema lo tenía atrapado, incapaz de moverse o de comer algo.
Mientras Jimin seguía atrapado en sus pensamientos, no notó que dos figuras familiares habían entrado al comedor. Taehyung y Namjoon, ambos luciendo relajados pero atentos, se dirigieron hacia él. Taehyung fue el primero en sentarse frente a Jimin, seguido por Namjoon, quien frunció ligeramente el ceño al notar la expresión ausente en el rostro de Jimin.
ESTÁS LEYENDO
Código Carmesí
Fiksi PenggemarEn un futuro distópico, donde la tecnología lo controla todo, las emociones humanas son manipuladas por inteligencias artificiales que prometen una vida sin sufrimiento. Pero la realidad es mucho más oscura: la humanidad ha perdido la capacidad de c...