Abril
Me siento en las nubes, huele delicioso, es una combinación entre perfume amaderado y pastas. Es extraño. Estoy entre seguir oliendo el perfume y comer pastas. Poco a poco voy despertando, por el sonido, afuera aún llueve, pero dentro es cálido como en plena primavera. Miro el reloj ¡Mierda! ya son las 8:30 de la noche, ¿cuánto tiempo he dormido?
Me levanté rápido de la cama, abrí la puerta y salí. Dios, con razón huele a pastas. Alexander está en la cocina. Con su camisa remangada. Y sus manos perfectas al aire. ¿Por qué estoy pensando en los mafiosos italianos de mis libros? ¿Por la pasta? ¿Por su cuerpo? ¿Cómo se sentirían sus manos al tacto?
- Un euro por tus pensamientos.
- ¿Qué? - ¡Mierda! He estado demasiado tiempo mirando a Alexander que se ha dado cuenta, mis mejillas se sienten calientes.
- Que ofrezco un euro por tus pensamientos
- Mis... ¿mis pensamientos? - Y allí estaba, con esa adorable sonrisa ¿Se imaginara las cosas que pasaron por mi mente?
- Bueno, saliste y has estado mirándome todo este tiempo. Así que quiero saber que piensas
- No.. no pienso en nada. Ahhh huele tan rico ¿Que tipo de pasta es? - Solo espero que Alexander no se de cuenta que intento cambiar de tema para que no me vuelva a preguntar qué pensaba y de paso sacar de mi mente a mafiosos oscuros.
- Spaghetti alla Puttanesca, espero que sea de tu agrado. - ¿De mi agrado? trato de no pensar en italianos ricos, mientras lo miro así y... ¿Me sale con pastas italianas? Definitivamente debo mantener la conversación en un plano neutral.
- Entonces... ¿Sabes cocinar de todo?
- Sé lo suficiente como para no morirme de hambre. - Definitivamente es muy diferente a mi, mama me dice que ni siquiera para servir un vaso de agua tengo talento. - ¿Tomas vino Abril?
- Si, por favor.
- Perfecto, siéntete cómoda, empezare a servir. - Tome asiento en la mesa, él ya lo tenía todo listo, los platos, las dos copas, el vino. Definitivamente no tendría que hacer nada.
Las pasta estaban más ricas de lo que había pensado, definitivamente sabe cocinar muy bien. Tiene un toque entre la comida de un restaurante Michelin y la comida de la abuela. Últimamente no he comido tanto, el hecho de que lo haga en casa de un extraño, usando ropa de alguien aún más extraño y quedandome durante horas dormida en su cama, me hace sentir que no soy yo.
- Un euro por cada pensamiento. - De nuevo estaba perdida.
- Estaba pensando en que son muy ricas tus pastas. Es la mejor comida que he tenido en mucho tiempo.
- ¿Abril?
- Si. - La forma en cómo dice mi nombre, suena especial. Pero el tono hace referencia a que no será muy bueno lo que diga.
- Aparte de los estudios y la tesis... ¿Recientemente tuviste una mala experiencia? - Y allí estaba, este hombre que recién me conoce pero que me lee como un libro abierto. Algo dentro de mi, me dice que es un desconocido y que no debe saber nada de mi.
- Hace un mes rompí con mi novio. - Sentí que la postura de Alexander se alzó. Aunque se que no debo compartir mi vida con un extraño ¿Porque tiene una manera de hacerme responder todo lo que me pregunta?
- Supongo entonces que no fue fácil.
- No, no fue fácil. En parte es su culpa todo lo que ha ocurrido con mi tesis. Me dijo que mi idea era horrenda y que no era lo suficiente. Quería que fuera y me comportara de una determinada manera, sino era así, me decía que no era buena en nada y que no llegaría a ningún lado sin él. - Recordar mi pasado con Jhon me hace sentir triste, no porque lo extrañe, sino porque me reprendo por permitir aquello. Incluso aun dudo de mi misma y lo único que hago siempre es autocriticarme.
- Oye... - La voz de Alexander me trajo de vuelta. su mano tomó la mía. Joder. Podría tirarme de un edificio y tengo la sensación de que él me sostendría. - Yo pienso que esa persona solo dudaba de sus capacidades cuando estaba cerca de ti. No solo eres una mujer brillante Abril, también eres muy hermosa. - Siento que mis mejillas están caliente ¿Como puede hablar de esa manera? ¿No sabe lo que sus palabras causan a mi cuerpo?
- No es verdad Alexander. Pero te agradezco el hacerme sentir mejor. -Iba a retirar mi mano pero la sostuvo.
- No digo mentiras Abril. A nivel físico tienes muy buenas proporciones, estás algo delgada, pero puedo ver que hay cosas muy lindas. Y a nivel intelectual, solo se que las personas que han juzgado tu tesis son unas idiotas. Tienes una excelente idea, el problema es que no has sabido desarrollarla. - ¿Porque aunque dijo cosas excelentes de mi tesis mi cerebro aun sigue pensando en mis proporciones ante los ojos de Alexander?
- ¿No dices mentiras nunca? - Mi pregunta salió como un susurro.
- Parece que tu mayor talento es cambiar de tema Abril. No, nunca digo mentiras. O guardo silencio o respondo con la verdad. Las mentiras no tienen cabida en las relaciones y para mi es deshonroso que un hombre mienta.
- Pero... Dicen que hay mentiras blancas. - No se porque quiero mantener la conversación aquí, supongo que solo huyo de su crítica sobre mi tesis.
- Exacto Abril, y mentiría si te dijera que nunca las he usado. Pero cuando se trata de reconocer la belleza, no suelo decir mentiras. - Mi corazón se va a salir de mi pecho ¿Cómo puede hablar de esa manera?
- Cualquiera pensaría que estás coqueteando y no quiero problemas. - ¡Mentirosa! quieres todos los problemas con el.
- Primero ¿Hay algún problema en coquetear contigo? y segundo ¿Porque te meterías en problemas, Abril? - Dios, esa última pregunta me dio un escalofrío, la forma en como dijo mi nombre. En unas cuantas horas, he descubierto que utiliza una entonación diferente cada vez que lo pronuncia. Nunca había amado tanto mi nombre.
- Bu... Bue... Bueno - DING DONG, Gracias Dios por acordarte de tu hija,
- ¿Quién será? - Vi a Alexander levantarse. Es momento de huir.
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AMOR DE PRIMERA EDICIÓN
RomanceAbril Lawrence, una estudiante universitaria apasionada por los libros románticos y la literatura clásica, quien en la búsqueda del desarrollo de su tesis, encuentra más que libros de primera edición cuando cruza las elegantes puertas de la antigua...