Capítulo 14: Las Sombras del Pasado

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Han pasado ocho largos meses desde que Koby comenzó su investigación meticulosa sobre los últimos miembros restantes de los Sombreros de Paja. La desaparición de los demás miembros había sido solo el principio de un plan más grande, uno que iba mucho más allá de simplemente derribar a la tripulación. Durante esos meses, Koby se dedicó a estudiar cada detalle, cada debilidad, cada patrón de comportamiento de Luffy y Zoro, los últimos dos de la tripulación, con una precisión escalofriante. Cada paso que daban, cada movimiento que hacían, cada palabra que pronunciaban; todo estaba bajo su análisis minucioso.

El Thousand Sunny navegaba en las aguas del Grand Line, ahora con solo dos almas en su interior. Luffy y Zoro se encontraban sumidos en un estado de constante alerta, como si la desolación de la tripulación les hubiera dejado una marca imborrable. Pero no sabían que la amenaza que los acechaba estaba más cerca que nunca.

Koby, en su papel de aliado temporal, había logrado infiltrarse con éxito en el círculo cercano de los Sombreros de Paja. Nadie sospechaba de él. A su llegada, había ofrecido su ayuda en varias ocasiones, y con el tiempo, había conseguido ganarse la confianza de Luffy y Zoro. Pero su lealtad nunca fue hacia ellos. Su único objetivo era debilitarlos desde el interior.

Durante esos ocho meses, Koby perfeccionó su conocimiento sobre ellos, observando sus rutinas diarias, sus sueños, sus miedos, sus fortalezas y, sobre todo, sus vulnerabilidades. Luffy, siempre impulsivo y lleno de vida, seguía siendo una fuerza imparable cuando se trataba de la lucha, pero Koby había identificado su principal debilidad: su amor por sus amigos, un amor tan profundo que lo cegaba ante las amenazas inminentes. Zoro, el espadachín confiado, seguía siendo formidable en combate, pero su orgullo y su sentido del honor lo hacían predecible, siempre dispuesto a proteger a Luffy a toda costa. Esa era su mayor fortaleza, pero también su mayor debilidad.

Mientras los días se deslizaban en la soledad de su viaje, Koby continuó su trabajo en las sombras. Había conseguido información sobre los momentos más vulnerables de Luffy y Zoro, y había utilizado cada detalle para trazar sus próximos movimientos.

Luffy, como siempre, pasaba sus días buscando nuevas aventuras y compartiendo risas con Zoro, pero en el fondo, se notaba el dolor de la pérdida. La constante preocupación por los demás miembros de la tripulación lo consumía, aunque no lo expresaba en voz alta. Estaba tratando de aferrarse a la idea de que aún podían encontrar un camino hacia la justicia y la venganza, pero algo dentro de él sabía que la batalla estaba lejos de haber terminado.

Zoro, por su parte, seguía siendo un pilar de fuerza, pero las cicatrices emocionales dejadas por la pérdida de sus compañeros lo habían endurecido. Si bien su espada nunca descansaba, sus pensamientos estaban nublados por el deseo de venganza, la necesidad de honrar a sus caídos. Sin embargo, no sabía que su peor enemigo ya estaba entre ellos.

Mientras tanto, Koby había seguido recopilando más información. Cada palabra que los dos pronunciaban, cada conversación casual que tenían, le brindaba más detalles. Ya no se trataba solo de ataques físicos. Koby había empezado a jugar con sus mentes, a manipular su percepción de la realidad. Había creado una atmósfera de desconfianza, incluso cuando Luffy y Zoro aún no sabían lo que estaba ocurriendo. Con astucia, Koby había comenzado a sembrar semillas de duda.

Los dos, aunque conscientes de que algo estaba mal, seguían sin sospechar de su aliado. Koby había creado una especie de red de engaños. Durante las semanas, les había contado historias sobre sus propias batallas, sobre sus propias pérdidas, dándoles una falsa sensación de camaradería y comprensión. A medida que los días pasaban, Koby los había guiado más y más hacia una dirección equivocada, sin que ellos se dieran cuenta de que su verdadero objetivo era desgastarlos, debilitarlos mental y físicamente.

Las Crónicas Omni-OmniWhere stories live. Discover now