𝐒𝐔𝐒𝐔𝐑𝐑𝐎𝐒 𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃

𝟖|𝐋𝐀𝐙𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃

◤Los días siguientes transcurrieron en un silencio tenso, marcado por la presencia omnipresente de Wooyoung, aunque él se mantenía fuera de la vista. No había más cartas, ni llamadas directas, solo susurros en el viento y la sensación constante de estar observados. Cada esquina de la ciudad parecía pertenecer a él, y Jimin sabía que no importaba cuánto se movieran o escondieran, Wooyoung siempre estaba un paso adelante.

Hyori se mantenía alejada, pero no por su propia voluntad. Jimin le pidió que se quedara en un departamento que tenia en Gangnam para su protección, pero la realidad era que ambos sabían que algo se tejía en las sombras, algo mucho más grande que ellos.

La tensión era palpable en el aire. Cada mirada que intercambiaban tenía un peso, una carga invisible que ambos intentaban ignorar. Jimin, acostumbrado a controlar a los demás, se veía cada vez más perturbado por la proximidad de Hyori. Ella, por su parte, luchaba contra el deseo de mantenerse distante, temerosa de lo que su cercanía podría significar.

Una noche, mientras el departamento estaba bañado por la luz tenue de las lámparas, Jimin la encontró sentada en el sofá, mirando fijamente una fotografía antigua de su familia. La nostalgia en su rostro lo hizo vacilar.

⸺¿Estás pensando en ellos? ⸺preguntó Jimin, su voz baja, casi un susurro, como si no quisiera interrumpir la calma que había invadido el espacio.

Hyori lo miró, pero no respondió de inmediato. Su mente estaba atrapada en las sombras de su pasado, pero algo en la mirada de Jimin la hizo volver al presente. Algo en él la desarmaba, le hacía recordar el dolor que había intentado olvidar.

⸺Pienso en lo que perdí, ⸺dijo al fin, su voz quebrada⸺. Pero, más que nada, pienso en lo que me está arrancando Wooyoung. No soy libre, Jimin. Y quizás nunca lo sea.

Jimin dio un paso hacia ella, su presencia imponente. Sus ojos oscuros brillaban con una mezcla de indiferencia y algo que Hyori no alcanzaba a comprender. El espacio entre ellos se redujo lentamente, cada segundo un estirón más fuerte en la cuerda de sus corazones, hasta que él estuvo a su lado, demasiado cerca para ser casual.

⸺Tienes que entender que Wooyoung juega un juego muy peligroso, ⸺dijo con suavidad, aunque su tono era frío como el acero⸺. Pero no podemos permitirle ganar. No sin luchar.

La mano de Jimin se movió, casi por impulso, hasta el cabello de Hyori, despejando un mechón de su rostro. El gesto, tan sutil pero cargado de significado, hizo que el aire se volviera más denso, como si una tormenta estuviera por desatarse. Ella lo observó, incapaz de apartar la vista de su rostro. Jimin, tan cercano, tan implacable, le recordaba lo que era perder el control.

⸺¿Y qué hay de ti, Jimin? —preguntó ella, su voz suave, como si su alma estuviera buscando una respuesta en sus ojos⸺. ¿Qué harías?

Un silencio cayó entre ellos. Jimin dejó que la pregunta flotara en el aire, sin respuesta inmediata. Algo en su interior se sacudió, algo que no reconoció de inmediato, pero que le hizo sentir un leve estremecimiento. El roce de su mano en su cabello había sido involuntario, pero el deseo de no alejarse, de no soltarla, era un impulso que no podía negar.

⸺Lo que sea necesario, —respondió finalmente, sus palabras cargadas de una oscuridad tranquila.

Hyori tragó saliva, su corazón latía con fuerza en su pecho. Podía sentir la tensión entre ellos, esa electricidad que corría en cada roce, en cada palabra no dicha. Los dos estaban atrapados en una red invisible, tejida por las mentiras de Wooyoung, pero también por algo más. Algo más peligroso, algo más cercano.

El instante se alargó. Jimin no se apartó, y ella tampoco lo hizo. En ese momento, el pasado y el futuro parecían converger. La puerta al deseo y la necesidad se abrió, y aunque ambos lo sabían, ninguno de los dos daba el paso final.