Capítulo 3

1.7K 32 5
                                    

Finalmente me encontraba subiendo por el ascensor hasta la famosa planta donde se encontraba el despacho de mi jefe. El señor 8cho me dio órdenes claras, nada más salir de la clínica debía encontrarme con él en su oficina.

Saludé a Jeanne mientras avanzaba con una bandeja que llevaba un par de vasos de café y un bloc de notas en la otra mano.

Fui contando el número de puertas hasta que llegué al famoso punto de encuentro.

Tragué saliva. Otra vez con mi jefe y con mi estúpido contrato que le dio la libertad de hacer lo que quisiese conmigo.

Después de unos segundos de meditación, me armé de valor y toqué la puerta. Giré el pomo y entré.

El señor 8cho estaba sentado en su silla de cuero revisando papeles sobre su escritorio.

Alzó la vista nada más verme pero enseguida volvió a lo suyo, lo agradecí, no quería ningún comentario por su parte.

Me acerqué a su escritorio y posé uno de los vasos de café sobre la mesa.

- ¿Con leche? - me preguntó.

- Sí, señor.

- Bien. - pasó una página y firmó al final de un artículo. Se lamió un dedo para cambiar de hoja. - Te he dejado en tu oficina una libreta, apunta en ella todas mis citas y responde a absolutamente todas las llamadas que te lleguen, ya sabes: "la secretaria del señor a su servicio". Si tienes alguna duda recuerda esto: nunca me pases el teléfono, ni siquiera digas que estoy libre, invéntate alguna junta o algo de eso, ¿está claro?

- Sí - asentí.

- perfecto - respondió y me señaló una puerta que se encontraba a la izquierda de su escritorio - esa es tu zona de trabajo.

- Vale - respondí mientras cogía todas mis cosas y me dirigía a la mencionada puerta.

¿Enserio este tío tan ocupado y antipático era el mismo depravado de ayer? Parecía una persona completamente diferente.

Curioso.

Llegué a mi despacho: una habitación más pequeña con unos ventanales gigantescos y unas paredes grises. Los únicos muebles que habían eran un escritorio con su silla, un ordenador, un teléfono y un par de estanterías.

Dejé mi bloc de notas en el escritorio y colgué el abrigo de la silla.

Nada más sentarme, descubrí la libreta que me había mencionado mi jefe justo en frente del ordenador.

Estaba completamente en blanco.

Enseguida el teléfono de la habitación comenzó a sonar, rápidamente lo descolgué.

- Secretaria del señor - respondí.

- Eh... hola, soy el señor Edward Answeff de Industrias Answeff y... - la conversación por parte del otro empresario se tornó demasiado larga incluso para él - Por eso me preguntaba si el señor...

- Lo siento, señor Answeff, pero me temo que el señor 8cho se encuentra ahora mismo en una reunión importante y le es del todo imposible hablar con usted, si lo desea puede dejarle un recado.

- Claro - respondió este optimista - dígale que le espero el día 27 a las 12 en BTZ para una cena de negocios.

- Por supuesto, señor - anoté la cita el día 27 de la agenda.

- No se te olvide decírselo.

- Claro. Si eso es todo, que tenga un buen día. - escuché como la línea se colgaba.

El Jefe [8cho] [HOT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora