𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 4

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Hana había llegado a Busan la noche anterior, y al salir de su auto, lo primero que la sorprendió fue el aire fresco y salino del puerto

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Hana había llegado a Busan la noche anterior, y al salir de su auto, lo primero que la sorprendió fue el aire fresco y salino del puerto. Aunque la ciudad era bulliciosa, algo en el ambiente le parecía más relajado que en Seúl. Las luces de neón parpadeaban en las calles comerciales, pero a diferencia de la capital, aquí había una mezcla de modernas construcciones y viejos edificios con balcones de hierro, llenos de ropa colgada al viento.

El sonido del mar, lejano pero presente, se mezclaba con el constante murmullo de las personas que iban y venían. A lo lejos, las montañas de Busan se alzaban, cubiertas parcialmente por nubes bajas, como si la ciudad estuviera abrazada por la naturaleza en un contraste con el ritmo frenético de la metrópoli. En la primera vuelta en su auto no había notado con detalle lo que la rodeaba.

El cambio de escenario había sido un respiro para Yeong. A pesar de la grandiosidad de Seúl, siempre había sentido que el ajetreo de la ciudad la consumía. Aquí, en Busan, todo parecía más calmado, pero también con un sentido de urgencia distinta. Era como si la ciudad misma respirara con más tranquilidad.

Al caminar por las calles, se dio cuenta de que el ambiente tenía una energía diferente, no tanto de luces brillantes, sino de la gente común que, de alguna manera, aún mantenía la calidez humana en sus interacciones.

Hana dejó escapar un suspiro mientras se detenía frente al edificio del departamento de Crímenes Mayores. Miró hacia arriba, observando las ventanas de cristal oscuro que reflejaban el cielo gris de la mañana.

Un nudo en su estómago se apretó al recordar lo que había dejado atrás: la farándula. El bullicio de las cámaras, el ruido constante de los flashes y las sonrisas falsas. Aquí todo era diferente. Aquí, la información importaba más que el maquillaje, las entrevistas más que las alfombras rojas. Pero no estaba segura de si el cambio la emocionaba o la aterraba.

Sus manos aún estaban frías, y no lograba evitar pensar en las personas con las que iba a trabajar. No solo en los periodistas, sino en la verdad que estaba a punto de descubrir, aunque eso significara enfrentarse a algo mucho más peligroso que cualquier reportaje.

Con paso firme, entró en el edificio, su bolso colgando de un lado, su mente llena de pensamientos dispersos. Salió del ascensor, camino por el pasillo haciendo resonar sus tacones en el suelo y el ambienté callado.

Cuando atravesó las puertas automáticas que daban a su nueva oficina, la atmósfera cambió por completo. Nada de risas ni conversaciones despreocupadas. Solo el sonido de teclados, el murmullo constante de personas hablando al teléfono, y la presión palpable de un lugar donde las horas nunca parecían suficientes.

Una chica de pelo negro lacio y corto la recibió, no perdió el tiempo. Con una sonrisa profesional y haciendo una reverencia en forma de saludo que hana imito a pasos torpes, comenzó a guiarla.

—Bienvenida, debes ser Yeong Hana, ¿Me equivoco? — La mencionada negó con la cabeza y una sonrisa en el rostro.  —Te va a encantar el equipo, soy Lisa Manobal, pero solo dime Lisa, soy la líder del equipo del que ahora serás parte —dijo mientras la conducía entre escritorios llenos de papeles, pantallas que parpadeaban con gráficos y líneas de datos.

~𝐿𝒶 𝓇𝒶𝓏𝑜𝓃 𝒹𝑒 𝓈𝓊𝓈 𝓇𝒾𝓆𝓊𝑒𝓏𝒶𝓈 ~ [SKZ x T/N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora