Por una confusión de pociones y la mera curiosidad de ambos, Aquino y Duxo tendrán que hacerse cargo de Mictia que ahora es... ¿una niña?
#1 DUXO 01/07/24
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Los chicos llevaban ya dos semanas cuidando de la pequeña Mictia. Por el buen trabajo que estaban haciendo, Capicuy decidió darles un día de descanso para que pasaran un rato con sus otros compañeros mientras el capibara cuidaba a la niña.
El pequeño grupo se encontraba paseando por una pradera; algunos consiguiendo materiales y otros solo admirando el paisaje.
Aquino y Duxo se encontraban atrás de todos, mayormente paraban callados por lo cansados que estaban, y la cercanía que estos dos habían formado en los últimos días fue notada por sus demás compañeros. Obviamente no faltaban los comentarios y preguntas hacia aquel dúo, las cuales solo eran ignoradas por ambos.
- ¡Es verdad! - gritó Natalan deteniendo a todo el grupo - Me acordé que Lucasta me pidió que les diga algo.
- ¿Ahora que paso? - preguntó el de capucha amarilla.
- Hace unos días se encontró un mapa donde habían coordenadas de una dungeon gigante, ¿Quieren ir?
El grupo se miró entre sí.
- ¿Qué día? - preguntó Duxo.
- ¿Propones uno?
- Que tal... ¿Miércoles?
Los demás hablaron entre ellos confirmando que estaban de acuerdo mientras que Aquino miraba con duda al azabache.
- ¡Bien! Entonces el miércoles nos reunimos en casa de Lucasta, él nos guiará. - finalizó Natalan.
Luego de coordinar mejor, cada uno decidió irse a su casa ya que estaba anocheciendo. Duxo y Aquino se estaban retirando juntos, asegurándose de estar lo más lejos del grupo para poder conversar tranquilos, hasta que el azabache sintió un pequeño jalón en su brazo.
- ¿Locochon? ¿Qué sucede?
- Solo quería preguntarte algo...
Aquino al escucharlo, prefirió seguir caminando.
- Claro, dime.
- Soarinng y yo estábamos practicando algunas recetas que encontramos en un libro, quería preguntarte... Si quisieras venir con nosotros.
- Lo lamento Loco, gracias por la invitación pero voy a estar algo ocupado dentro de un rato, no creo poder ir. - Se encogió de hombros.
- Oh, no te preocupes, te podemos llevar algo después si deseas.
- ¡Claro! Solo recuerden avisar que van.
El híbrido confirmó con una sonrisa y se despidió de su amigo, y cada uno se fue con su compañero.
- ¡¿Y qué te dijo?! - preguntó emocionado el de ojos bicolor.
