Francis
Es demasiado terca.
Camino más rápido hacia el departamento para prepararme e ir al trabajo.
Cuando llego al piso, veo frente a mi puerta una canasta con frutas. Recojo la tarjeta, que tiene las letras "HM" en el frente, y dentro solo dice la palabra "Gracias".
Entro con la canasta, y Cyrus, como siempre, está tirado en el sillón con una bolsa de papas encima.
—Cyrus, ¿tienes el número de Matt? ¿Por qué no le pides que te consiga una casa o algo?
—Matt está abriendo su nueva sucursal al otro lado de la ciudad, ya está lo suficientemente ocupado —dice con papas en la boca.
—Vamos, el tipo dejaría todo por ayudarte, amigo. Además, mi casa no tiene papas ilimitadas. Necesitas una nueva casa, y tal vez un empleo.
—No tengo nada bueno que ofrecer.
—Cyrus, tú no eres un fracasado. Tienes un título en diseño gráfico y publicidad. Hablaré con una amiga del trabajo, te conseguirá algo.
—Ajá, lo que digas —dice, mientras sigue viendo la televisión sin prestarme atención en absoluto.
Cyrus es como un hermano para mí, igual que mi amigo Matt. Los tres crecimos juntos, pero Cyrus se malcrió por nuestra culpa. Solía ser el niño que provocaba problemas con chicos más grandes en la escuela, y nosotros teníamos que defenderlo. Pero Cyrus ya no es un niño, y a veces Matt y yo debemos ser más duros con él.
Me coloco frente a él con los brazos cruzados, bloqueando su vista.
—Ok, Cyrus, lo diré así: hablaré con mi amiga, y ella será lo suficientemente buena conmigo para conseguirte un empleo. Aceptarás lo primero que encuentre para ti y te esforzarás. O, literalmente, tiraré toda tu colección de zapatos a la calle. ¿Me entiendes?
—¿Estás de mal humor otra vez? Vamos, primo, sabes que...
—No hay excusas. Ese es el trato: tómalo o te enviaré de vuelta con la tía Lidia. ¿Me entiendes?
Me ve fijamente un momento, suspira, pero finalmente asiente.
Le tiro la canasta de frutas encima y voy a mi cuarto a prepararme. Voy a morir joven después de cuidar a tanta gente terca. Primero Aracely, y luego este idiota.
Soy consciente de que no todos nacemos con la misma urgencia por avanzar, pero no puedo quedarme quieto. No cuando sé que Cyrus tiene potencial. Tomé la decisión sin pensarlo demasiado.
A veces no sé si estoy siendo demasiado duro con él, pero Cyrus hace lo que quiere sin medir consecuencias. Con Matt fue más fácil: ambos sabíamos lo que queríamos hacer, y él se ocupó de eso. Ahora tiene negocios y bienes raíces por todo el país. Pequeños, sí, pero ya está ganando popularidad. Cyrus, en cambio, nunca se ha establecido. Consigue un trabajo y al mes renuncia. Necesita ser más serio con sus prioridades.
Voy a mi habitación, me doy una ducha y me preparo para empezar el día laboral.
Tomo las cosas que necesito, como siempre, y salgo por la puerta para llegar a tiempo.
Los chicos de Jackson tienen un partido mañana, así que los entrenamientos son más duros, y yo tengo que estar ahí para ayudar en caso de cualquier problema. Hace poco, uno de ellos tuvo un accidente de auto y apenas está volviendo al juego. Lo acompaño en sus fisioterapias y lo ayudo a avanzar para que regrese al campo.
—Vamos, amigo, una más —lo animo en el gimnasio, pero el chico hace un mal movimiento y casi cae de no ser por mí.
—Bien, es suficiente. Vamos a descansar —le ofrezco una silla, un momento de calma. En su mirada veo lo que no quiero que pase: la frustración de no poder seguir. Pero es necesario. Ya no es un niño.
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Silencio En Movimiento.
RomanceAracely Hester, exitosa, rica, elegante y sumamente perfeccionista Aracely es una de las bailarinas de ballet más reconocidas mundial mente... o al menos esa es su meta. No es hasta un accidente en el escenario que la obliga a mantenerse en pausa p...