Un Viejo Mundo Para Un País Nuevo

ÚLTIMA CARTA

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CARTA DE DESPEDIDA.

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Berlín, Alemania, 28 de abril de 1945

Querido U.R.S.S.

Tal vez haya pasado un tiempo hasta que leas y encuentres esta carta, o tal vez, ni siquiera la leas.

Parecerá ingenuo o de poco sentimiento expresar lo nuestro con unas palabras

Pero sabemos perfectamente que estamos hechos en ser y alma de los recuerdos del otro, puedo... Y deseo tal vez, dejarte al menos una memoria antes de desaparecer.

Antes de irme se me vino a la cabeza cuando éramos niños, cuando nos dejábamos llevar por los caminos de los prados y dormíamos del alto cansancio bajo los árboles. Recuerdo cuando nos perdimos en la mirada del otro, tal vez al saber lo iguales que éramos. Creíamos ver en imagen y semejanza una oportunidad de cambiar nuestra forma de ser, dejar de vivir con la pena de existir, siendo lo que éramos y lo que prometíamos ser... recuerdo.... Como te fascinaba la gente culta, siendo la inteligencia, la única belleza que admirabas del otro, seguías lo correcto, lo que debía ser cierto y seguro... aquella vez deseaba ser lo que tú más querías.

Ahora que abrí los ojos me di cuenta de lo único cierto.

Por primera vez, aquella mañana que me levanté deseé que fuéramos seres inconscientes... ser unos ignorantes que deambulaban por la vida admirando las pequeñas cosas, quería que nos nublaramos en nosotros, perder los sentidos y tener alivio al tenernos uno al lado del otro.

Quería el peso de la estupidez, de lo que los otros creían que era tener fe, seguir ciegamente tu aroma y dejarme posar sobre tu ser....

Esto demuestra lo cruel que volvió a ser el mundo con nosotros, de lo intolerable que se volvió al ver que por fin dos seres sin sentimientos encontraron un inmenso amor entre ellos, demostrando así, lo humanos que llegaríamos ser.

Querido U.R.S.S.

Cuida de mi Argentina.

Alemania.

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