Capítulo 14

432 110 42
                                    

La mañana siguiente en la mansión Hesweyld, Carlos Hesweyld abrió los ojos y, con el rostro pálido, se incorporo en la cama como si acabará de tener una pesadilla aterradora.

"Ha, Ha, ha… uf. "

Soltando un jadeo pesado y miró a su alrededor con paranoia. En su gran habitación, solo estaban el y el sonido de su respiración agitada, pero aún siguió mirando como si estuviera siendo vigilado.

Pero realmente no había nadie más cerca, ¿Era solo su imaginación o la continuación lúcida de la pesadilla?

Cuando finalmente se aseguro de que no habia nadie cerca, carlo froto su rostro con las manos y, respirando profundo, tiró de la cuerda colgando junto a su cama e inmediatamente después llegó el mayordomo.

"Buenos días, señor Carlos. ¿Tuvo una buena noche de sueño?"

Con una voz suave pero cortes, el mayordomo se detuvo frente a la cama de carlos Hesweyld y, con una sonrisa, lo saludo.

Carlos entrecerró los ojos. "¿Parezco alguien que durmió bien?"

"No, señor. Pero me atrevería a decir que luce como un lunático que no ah tocado una cama en meses."

"… Esa honestidad podría hacerte perder el cuello un día, mayordomo. "

"Lo tendré en cuenta, mi señor. "

Observando la sonrisa brillante del anciano, Carlos no tuvo la fuerza mental para seguir discutiendo y, con un gesto de su mano, le pidió que lo ayudara a vestirse. No estaba de humor para hacerlo el mismo.

Para ser sinceros, Carlos realmente habia amanecido con un humor complicado. No sabía el motivo, pero tenía un incomprensible sabor amargo en la boca como si algo malo estuviera por suceder.

Estaba nervioso y, sin poder soportar el silencio mientras su mayordomo de confianza abotonada su camisa blanca, decidio hablar con el.

"Mayordomo." Su voz se escuchó ronca. "¿Hay algo de lo que debería enterarme hoy?"

Realmente no había mucha intención detrás de su pregunta, era simplemente su manera de encontrar un tema de conversación, pero la repentina rigidez en los movimientos del mayordomo lo desconcertó.

Guardó silencio un momento y, cuando termino con los botones de su camisa, respondió.  "… No, señor."

"¿Encerio?"

"… Si."

"Mayordomo, ¿Porque esquivas mi mirada?"

Frunció el ceño, ¿Realmente había algo que salió mal? Sintiéndose nervioso, tomo los hombros del mayordomo y lo sacudió.

"¡¿Te atreves a mentirme? Habla ahora!"

De repente, el mayordomo cayó sobre sus propias rodillas y, con la mirada en suelo, exclamó: "¡Lo siento, mi señor, no pude persuadir al joven lucas!"

"… ¿Que?"

"El señor… el joven lucas y el señor Caleb tomaron sus pertenencias hace unas horas… se mudaron a una casa en el vecindario."

El corazón del Carlos se hundió. ¿Su hijo lo abandonó? ¿Pero por que? Apenas ayer estaban bien, aunque discutieron un poco, Lucas debía saber muy bien que solo estaba preocupado por su salud.

¡Un bebé no era una broma! Era necesario un seguimiento médico, incluso si dijeran que era muy pronto, era mejor prevenir antes que lamentar.

Tambien estuvo admitió que aceptaria a ese hombre extraño como su nuevo yerno a pesar de que era un poco grosero con el. Ayer incluso hablaron un poco, sobre el cuidado de su hijo y cosa así.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 17 hours ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Si No Puedo Casarme Contigo, Con Tu Hermano Sera. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora