La cueva infinita

III

Tienes que empujar el gatillo, lo tienes que hacer varias veces, luego prendera la linterna, no es muy potente, pero es increíble que no necesite gas o carbón constante para darnos luz, tampoco dura mucho, pero no creo que nos cansemos de mover unos segundos el gatillo—mencionó el soldado—Conocí a una chica que había logrado colarse en las filas del ejército, paso todas las pruebas con grande puntajes y en ese momento se necesitaban cualquiera que pudiera cargar con un arma y de lo más importante, no tener remordimientos al matar, ella era buena en eso...

La platica fue interrumpida, un golpe seco sonó atrás de ellos, Pancho se había resbalado, una pequeña corriente de agua corría al nivel del suelo.

—Las botas harán que no caigan por terreno húmedo o mojado, pero miren donde pisan, puede haber pequeños huecos, pisen bien o terminaran por romperse una pierna y si es el caso tendrán que irse arrastrándose hasta el inicio—dijo Met.

Los soldados ayudaron a Pancho a levantarse. Pancho se revisó para comprobar que no se haya roto algo, o se haya dañado el traje, al poco tiempo el grupo seguía en camino.

Juan alcanzó al soldado que iba contando la historia y en cuanto lo alcanzó comenzó a presionar el gatillo de la lampara, a los pocos segundos dio luz y alumbro por delante de sus pies.­

—Así evitaremos que nos caigamos y que tu cuentes la historia de la mujer— dijo Juan.

—Claro, deja recuerdo en que me quede—El soldado quedo pensativo unos segundos y prosiguió—Se decía que la razón de que entro al ejército era porque ya no le quedaba nada, perdió su familia en un bombardeo y el coraje le fue demasiado que decidió enlistarse, participó en la defensa de frimosa, en ambas ocasiones, luego reportaron que ella se encontraba en el frente del rio negro y participo en la operación militar doble de Berel, defendió el poblado y se lanzó en ofensiva, una carnicera, se dice que durante una noche en la operación su pelotón fue acribillado durante la noche y ella alcanzó a escapar, encontró una de estas lámparas y cruzo la tierra de nadie que se había formado esquivando las balas de ambos lados, quizás podamos estar decepcionados de la poco luz que nos da, pero fue la fortuna para esta mujer, le sirvió para llegar a nuestras barricadas casi intacta.

—¿Y qué fue de ella?

—Fue enviada con un nuevo batallón a liberar la ciudad de Led que había sido tomada, la operación fue desastrosa y los pocos hombres que regresaron tenían su chapa entre sus pertenencias, nadie sabe cómo murió, el hombre que llego con su chapa dijo que las recogió de otro cadáver, de un soldado enemigo, su cuerpo no fue encontrado, y tampoco se supo de nuevo de ella. Después de que Led fuera liberada y el frente se moviera a las fronteras originales y más allá le hicieron una estatua, la he visto, esta increíble, aunque gente que dice haberla conocido en persona menciona que su belleza no pudo ser retratada nunca por ningún artista, tenía miedo de colocar la estatua, se pensó que las mujeres iban a querer ser como ellas, convertirse en bestias capaces de matar y olvidarían sus roles como mujeres. ¿Quién nos traería a las nuevas generaciones? Se decía, pero olvidaron que era una mujer de unos años difíciles y lo único que le quedaba por perder era su vida, son pocas las mujeres que entran a las filas del ejército como ella entro. Al final esa estatua es la representación del sufrimiento de todos y el coraje que tenemos dentro de nosotros, solo necesitamos una mala experiencia para perder hasta la última gota de cordura de nuestro cuerpo.

—Bonita historia—Les interrumpió una voz—Pero, necesito que los científicos observen si encuentran algo de valor, hemos caminado más allá del kilómetro explorado, y la cueva sigue bajando, necesito que recuerden porque estamos aquí, revisen el área y díganme que, si encuentran algo de valor, y que sea rápido, no quiero pasar más del tiempo necesario en esta cueva de mierda. —Dijo Met.