Capitulo 165 - Almas Gemelas

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(3era persona)

Cuando Cora entró en el opulento comedor del palacio, esperaba encontrar la mesa llena de gente. Después que habían llegado a Vanara. Gabriel había tenido a diferentes invitados y posibles aliados de guerra, además de su propia familia y amigos. Sin embargo esta noche el comedor estaba completamente vacío. Solo Roger estaba sentado en la larga y reluciente mesa, con una compa de vino en su mano.

¿Dónde está todo el mundo? Pregunta Cora parada en la puerta.

—El Rey tenía un compromiso un compromiso, respondió Roger sin parecer sorprendido de ver a la encantadora humana. Papá está exhausto y decidió cenar en su habitación, no tengo ni idea de Dónde está Dom y Ella.

—Oh respondió Cora simplemente aliviada por pensar que su hermana llegaría en cualquier momento. Después de que él la había acosado con preguntas muy personales durante su excursión a la capital, lo último que Cora quería era estar a solas con Roger durante la cena.
No le gusta la forma en que la mira, la forma en que los ojos del hombre se oscurecen con una inquietante concentración en ella.
La hace sentir como un conejo delicioso al asecho del lobo feroz.

Cruzó con cuidado hacia la mesa, consiente en que los ojos del Lobo seguían cada uno de sus movimientos. Se sentó lo más lejos que pudo y pozo una servilleta sobre sus regazo, negándose a mirar al pícaro lobo directamente a los ojos.

—Entonces ¿Cómo fue tu día hoy? Pregunto tratando de entablar una conversación trivial para pasar el tiempo.

Como Roger no contestó Cora levantó la mirada hacia el hombre para mirarlo. Cuando su mirada por fin alcanzó su rostro el le ofreció una sonrisa coqueta.

—¡Oh Así que si puedes mirarme preciosa—, bromeó, estaba empezando a preocuparme.

Ella entrecerró los ojos, sin gustarle que la llamara así cuando solo estaba respondiendo a su comportamiento. Aún así, ella no era de confrontaciones, así que solo murmuró un lo siento.

—¿De verdad?—. Pregunto Roger con astucia,
—Por qué pareces más molesta que arrepentida.

—Estoy tratando de ser educada—, respondió Cora, forzando las palabras entre dientes, mirando la puerta nuevamente deseando que Ella y Sinclair aparecieran y la rescataran del Lobo insolente.

—¿Por qué? Pregunto Roger mostrando sus colmillos con una sonrisa lobuna, espero que no sea por mi, te prefiero honesta que finjas ser amable.

Cora no estaba segura de qué hacer o decir. A diferencia de su hermana ella nunca a sido del tipo de expresar sus sentimientos u opiniones a personas cuyas reacciones no puede predecir. No le importa compartir quejas o desahogarse con Ella, que siempre la amaría incondicionalmente, Pero este hombre era otro asunto por completo. No esq le tuviera miedo, pero no podía prever 
cómo respondería a sus críticas, y eso es peligroso especialmente sabiendo lo violentos que algunos cambia formas son cuando se les desafiaba.

Roger observó las emociones que cruzaban el rostro de Cora, escuchando como su corazón latía y se aceleraba. Recordó sus palabras sobre cómo Ella reprimía sus sentimientos e intentaba hacer todo por ella misma y le llamó la atención que aunque sus luchas fueron diferentes Cora estaba lejos de estar ilesa por su difícil crianza en el orfanato. Asique decidió empujarla un poco.

—Vamos Cora que es lo peor que podría pasar?, ronroneó con su lobo atentó, curioso y ansioso por su respuesta. Su animal interior estaba muy fascinado por la mujer.

Los ojos de Cora se abrieron de par en par y su piel canela se palideció ligeramente. Roger se dio cuenta tardíamente de que esta podría haber sido la pregunta equivocada. Sabiendo cómo eran los orfanatos humanos. No le sorprendería que la honestidad a veces recibida con cosas terribles. Afortunadamente Cora se repuso bastante rapido. Cruzo los brazos sobre el pecho, presionando involuntariamente sus pechos juntándolos y levantó su mentón con determinación.

Alpha Dom y su Sustituta HumanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora