spreen...agonizaba.
él vomitaba. había saliva, y sangre. respiraciones agitadas y lágrimas pequeñas resbalando por sus mejillas todo el tiempo.
pero sobre todo, pétalos de color rojo. escapando por su garganta hasta atravesar sus labios agrietados, volaban en círculos, burlándose de spreen, y aterrizaban en el suelo de madera, recordándole que permanecerían allí por mucho tiempo.
camelias, miles de pétalos en toda la habitación. porque ya no habían suficientes recipientes para guardarlos y atesorarlos. el lugar era un desastre; aunque no estaba lo suficientemente lleno, no aún. camelias rojas. su amor por juan continuaba floreciendo en su pecho hasta arrebatarle el oxígeno y quemar su sangre. empezando con la primera semilla del amor incondicional, echando raíces dolorosas que perforaban su interior y ocupaban sus pulmones, para finalmente...florecer.
dolorosamente florecían y se expandían. todos los días a todas horas, avanzaban junto a los sentimientos de spreen que se arremolinaban en torno a una sola persona, porque el amor que sentía era tan fuerte.
y él era tan débil. débil por juan, débil ante su preciosa sonrisa y encanto natural. si spreen tenía que sufrir por hacer algo tan simple como amarlo, podría dejar que le coloquen las cadenas en el cuello y que presionen hasta que no respire más. porque amar a juan era un privilegio que él no merecía, y dejar de hacerlo...eso no era una opción.
la enfermedad continuaba consumiéndolo, llevándolo a la etapa final a rastras, lastimando su cuerpo por el suelo inexistente de su cabeza. cada latido de su corazón dedicado a juan vibraba en sus oídos y sangraba en su pecho. goteaba y rompía. Sus pulmones perdían espacio y spreen dejaba de respirar, asfixiándose y llorando entre flores que representaban su amor tan infinito pero no correspondido.
pero, ¿se lamentaba?
-últimamente encuentro tantas camelias, ¿puedes creerlo? son preciosas.
no lo hacía en absoluto.
-lo son- le sonrió con las pocas fuerzas que tenía.
spreen y juan estaban juntos la mayor parte del tiempo. el castaño sostenía su mano y entrelazaba sus dedos durante todo el camino, contándole sobre las flores o las nubes que vió, riéndose de cualquier cosa que se le ocurriera y enseñándole que ahora podía nadar mejor en el lago de siempre.
el chico era precioso. ya no tan perdido en sus propios pensamientos, enseñándole las sonrisas más sinceras y genuinas que antes, riéndose y lloriqueando como solía hacer. poco a poco iba recuperándose a sí mismo. escalando el abismo que lucía infinito en el que cayó hace tiempo, siendo guiado por la extraña luz que se filtraba a través de una noche que lucía desconocida. siguiéndola a ciegas, trepando mientras lastimaba sus manos y pies.
juan había vuelto.
es una lástima que el tiempo de spreen esté agotándose.
spreen sonreía junto a juan cuando no estaba tosiendo o vomitando en la soledad de su habitación. creyendo ser lo suficientemente discreto como para ocultar su enfermedad sólo un poco más.
pero carre había sido lo suficientemente observador como para notarlo.
-vi pétalos, rob, no estaba alucinando- lo escuchó murmurar con su amigo hace unos días.
debió verlo venir, cuando tocó suavemente su puerta mientras decía que había ido en busca de la mujer que vivía en una cabaña no muy lejos de allí. carrera era observador, y curioso desagradablemente.
no quería abrir la puerta, pero estaba temblando en el suelo mientras los pétalos seguían corriendo por su garganta hasta salir entre sus labios rotos. las flores ahora atravesaban su piel, eran una caricia hasta convertirse en solamente dolor y terminar en suavidad. una floreció en su mejilla, las otras lo hicieron en su cuello.
probablemente habían más esparcidas en el resto de su cuerpo. la noche anterior vió una gardenia abrir sus pétalos blancos en la parte derecha de su cintura.
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hanahaki ★ spruan
Fanfiction❛ 𝘀𝗽𝗿𝘂𝗮𝗻 | spreen amaba tanto a juan...pero juan no lo amaba a él. hanahaki: enfermedad en la cual la persona vomita flores debido a un amor no correspondido.