𝙨𝙚𝙭𝙤𝙢𝙖𝙣𝙞𝙖 | es una parasomnia o trastorno del sueño, infrecuente pero real, que hace que una persona sea capaz de mantener relaciones sexuales al estar dormido y que al despertar no recuerde absolutamente nada de lo ocurrido.
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—¡No! ¡Estas pero que bien pendejo, descerebrado, mal programado, estúpido y de todo si enserio piensas que aceptaré!
¿Pero cómo es posible? No puedo creer que casi acepto, es que esto esta tan mal. De cualquier lado en que lo vea (y trato de no verlo por el que me gusta más) esto no es correcto. O sea, no te puedes andar por la vida de esta manera, pasándotela cogiendo con tus amigos. No, no puedes.
Es que simplemente ¡No puedes!
Spreen soltó un suspiro pausado y de dio media vuelta, para así dejarse tendido sobre el sofá de su sala de estar.
Claro, está ignorando la gravedad de sus problemas y asumiendo que los demás tienen que estar cargando con el peso de ellos... Tal y como lo haría Julio Cesar con Carlagreta.
Estúpido Julio César y estúpido Spreen.
Tomé aire muy profundamente cuando noté como Spreen desapareció de mi vista, dejándome ahí, parado en la entrada, como si de un estúpido saco en el perchero me tratase. Nunca he tenido un perchero, ¿Por qué hago esa comparación?... Como sea, soy un pobre saco maltratado.
Vamos, piensa en algo, Roier. Piensa bien antes de que todo tu enojo se esfume, te sientas acongojado y luego terminas sintiéndote como una niña tonta desilusionada.
Spreen y yo nunca fuimos del tipo de amigos que discutieran seriamente. Quiero decir, sí discutimos, y eso es normal, pero jamás algo se fue al extremo hasta el punto de ser serio ¿Ahora esto se supone que estamos enojados? ¿No es al revés? Se supone que primero te enojas y después entra en acción el sexo, no el sexo y que luego te enojes por haberlo hecho. Es una lógica algo confusa para mí.
¿Qué es lo que debería decir exactamente en estos momentos? ¿Qué es lo que está pasando entre nosotros? ¿De verdad esto me tiene que tener tan angustiado como lo estoy haciendo ahora? ¡¿Por qué me pasan estas cosas?! ¡No puede ser tan mala mi suerte para llegar a este punto! Lo normal es reprobar un examen, chocar el carro, olvidar ir por tu hermano menor al colegio, no sé, cosas comunes... ¡No tener sexo con tu mejor amigo! No.
Siento como si hubiera hecho algo muy malo, tan malo, pero tan malo... Pero no sé por qué es malo, porqué si me gustó tanto no puedo sentirme de la misma forma ahora.
—Roier... — La voz de Spreen viajó hasta mis oídos, profunda, seria y simplemente perfecta.
Escuchar mi nombre salir de sus labios jamás me había perturbado tanto. Me preguntaba porque me gusta cómo se escucha, me perturba porque no debería gustarme cómo suena mi nombre en la voz de mi mejor amigo, me perturba porque hace que recuerde lo que hicimos anoche, su voz... Como cuando lo escuché gimiendo mi nombre.
¡Estúpido Julio César! Por hacerme sentir esto, eres un estúpido.
Aunque probablemente esté insultándolo a él porque mi enorme y perjudicial orgullo se niega a aceptar la verdad de que en realidad el único estúpido aquí soy yo mismo por estar tan enredado en pensamientos revoltosos y sintiéndome así... Uh, sí soy un pendejo.
