La luz del amanecer entraba lentamente en el campamento, bañando todo con su tono cálido y dorado, tan diferente al fuego que había marcado la noche anterior. Te despertaste, el suave murmullo del viento acariciando tu rostro, y por un momento, casi pensaste que todo lo vivido la noche pasada había sido un sueño. Pero no lo era. Zuko seguía estando allí, y el recuerdo de lo que compartieron anoche permanecía intacto en el aire.
Te levantaste lentamente, sintiendo una ligera incomodidad en tu pecho. Aunque habías compartido un momento tan intenso con él, sabías que el día traería nuevos retos, y esa chispa que había nacido entre los dos podría ser puesta a prueba. Sin embargo, había algo en ti que te decía que lo que habías experimentado con Zuko era algo más grande, algo que no podría ser apagado tan fácilmente.
Te giraste y lo viste. Zuko estaba en un rincón, sentado cerca del fuego apagado, mirando el horizonte con una expresión pensativa. Su cabello desordenado y su mirada melancólica indicaban que había pasado una buena parte de la mañana en silencio, como si estuviera digiriendo todo lo que había sucedido entre ustedes.
Cuando notó tu presencia, su mirada se encontró con la tuya, y por un momento, no dijo nada. Solo estaba allí, observándote, con esa intensidad que siempre había tenido, pero ahora mucho más suave, menos feroz. Como si ya no necesitara demostrar nada.
Te acercaste a él, sintiendo un nudo en el estómago. Sabías que el día sería complicado, que las palabras de la noche anterior, tan llenas de emoción, tendrían que ser respaldadas por acciones. Había algo en su silencio que te hacía preguntarte si Zuko estaba tan inseguro de lo que había sucedido como tú.
"Buenos días", dijiste con una sonrisa tranquila, tratando de romper la tensión que se sentía en el aire. Zuko asintió, aunque su rostro seguía reflejando una concentración profunda.
"Buenos días." Su voz era grave, pero diferente a la de la noche anterior. Estaba tomando su tiempo para hablar, como si aún estuviera procesando lo que había compartido contigo. Eso te hizo sentir un poco nerviosa, como si todo lo que había ocurrido fuera una prueba, y no sabías si habías pasado la prueba o si, de alguna forma, las cosas podrían desmoronarse.
Zuko se levantó, sus ojos nunca apartándose de los tuyos. "Anoche... lo que dijimos..." comenzó, pero se detuvo, como si las palabras no fueran suficientes. "Nunca pensé que podría... confiar en alguien así. Y lo hice, sin pensarlo. Lo hice contigo."
Sus palabras te sorprendieron, pero lo que realmente te tomó por sorpresa fue la vulnerabilidad que se podía sentir en su tono. Zuko no era conocido por ser alguien que abría su corazón con facilidad. Había luchado demasiado tiempo por mantener todo lo que sentía dentro, y ahora, ante ti, estaba dispuesto a mostrar una parte de sí mismo que rara vez dejaba ver.
"Zuko..." dijiste, acercándote un poco más. "Lo que dijimos no fue solo una promesa vacía. Lo que siento por ti, lo que has despertado en mí, no va a desaparecer por una guerra o por los problemas que vienen. Nosotros estamos aquí, ahora. Eso es lo que importa."
Zuko te miró con una mezcla de emoción y miedo. "Lo sé", dijo en voz baja, mientras sus manos se apretaban levemente en puños. "Pero... tengo miedo. Tengo miedo de que esto no sea suficiente, de que lo que soy... lo que he sido no sea suficiente para alguien como tú."
No pudiste evitar sonreír con ternura, notando lo desarmado que parecía en ese momento. Zuko había sido un guerrero, un príncipe, pero frente a ti, se había convertido en algo mucho más sencillo, más humano.
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Bajo el mismo cielo
FanfictionUna noche una vez ya se unió al equipo avatar Zuko, tú y él tenéis una conversación bajo el cielo estrellado