CAPITULO 3

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AIDA

El café que me acompaña parece no calmar los nervios que han surgido tras mi intercambio con Damon. Mi teléfono permanece en la mesa, una pequeña pantalla brillante que me recuerda que he abierto una puerta que quizás no debería haber tocado. La curiosidad se mezcla con el temor mientras el bullicio de la ciudad me rodea, pero mi mente está atrapada en esa conversación, en lo que puede significar.

No tengo que esperar mucho. Apenas unos minutos después, mi teléfono vibra de nuevo. Me apresuro a abrir el mensaje.

"Me alegra saber que no fue un susto. ¿Te gustaría cenar conmigo esta noche? Quiero conocerte mejor."

Mis manos tiemblan al leerlo. La invitación es directa y, aunque mi instinto me advierte que puedo estar caminando hacia lo desconocido, la parte de mí que busca emoción no puede evitar sentir una chispa de alegría. Hay un fuego en su propuesta, algo que me llama y me asusta al mismo tiempo.

Miro por la ventana del café, observando cómo la gente pasa sin preocupaciones, ajena a la tormenta que se desata dentro de mí. Tomo una respiración profunda y trato de calmarme. No puedo dejar que el miedo me paralice. Este es un momento que he estado esperando, aunque no de la manera en que lo imaginé.

Finalmente, escribo:

"Claro. ¿A qué hora?"

La respuesta llega rápidamente, como si hubiera estado esperando mi aceptación.

"A las ocho en 'La Trattoria'. Es un lugar tranquilo. Te prometo que no te arrepentirás."

Siento un escalofrío recorrer mi espalda. Hay algo en la forma en que se expresa que sugiere que este encuentro será más que una simple cena. Un lado de mí quiere cancelar, regresar a la seguridad de mi rutina diaria, pero la otra parte anhela la aventura.

La tarde se convierte en una serie de preparativos. Elijo un vestido sencillo pero elegante, un toque de color que contraste con el gris de mis pensamientos. Mientras me miro en el espejo, la ansiedad se mezcla con la anticipación. ¿Quién es realmente Damon Ivanov? ¿Qué tipo de hombre es capaz de moverse en el mundo de la mafia y aún así parecer tan intrigante?

Al llegar al restaurante, mi corazón late con fuerza. La Trattoria es acogedora, con luces tenues y mesas que ofrecen un poco de intimidad. Sin embargo, cuando entro, una sensación extraña me invade. A pesar de que el lugar es encantador, no puedo evitar sentir que estoy cruzando una línea, adentrándome en un territorio que no comprendo del todo.

Me acerco al fondo del restaurante y veo a Damon esperando en una mesa. Luce impecable, con un traje que parece hecho a medida, sus ojos oscuros brillan bajo la luz suave del local. Hay un aire de confianza en su postura, y cuando me ve, una sonrisa se dibuja en su rostro que me hace sentir como si el tiempo se detuviera.

—Aida —dice mientras me acerco, y su voz es un susurro que provoca un escalofrío en mi piel—. Te ves maravillosa.

—Gracias —respondo, intentando mantener la compostura mientras me siento frente a él. La tensión en el aire es palpable, como si ambos supiéramos que este momento es un punto de no retorno.

El camarero se acerca, y pedimos una botella de vino. Mientras esperamos, la conversación fluye de manera natural. Hablamos sobre trivialidades: películas, comida, lugares que hemos visitado. Sin embargo, cada risa, cada mirada, está impregnada de un significado más profundo. A medida que conversamos, siento que él me observa atentamente, como si intentara descifrar cada una de mis reacciones.

—Me gusta que seas sincera —dice de repente, su tono cambiando a algo más serio—. No todos tienen el valor de serlo.

Siento que el aire se espesa. Su mirada es intensa, y por un momento, me pregunto si realmente está interesado en mí o si su curiosidad proviene de algo más oscuro. Sin embargo, hay una parte de mí que anhela confiar en él, a pesar de las advertencias que resuenan en mi mente.

—La sinceridad a veces trae más problemas que soluciones —respondo, intentando desviar el tema. La última cosa que quiero es profundizar en el lado peligroso de su vida.

—Quizás, pero también puede abrir puertas —responde, sus ojos fijos en los míos. Hay un desafío en su voz, y eso me empuja a preguntarme qué puertas podría abrir.

La cena avanza, y mientras disfrutamos de la comida, la conversación se torna más íntima. Él me habla de su vida, de cómo ha crecido en un mundo que a menudo está lleno de sombras. Lo escucho con atención, atrapada por la forma en que sus palabras pintan un cuadro de una realidad que me resulta ajena, pero a la vez fascinante.

—No es fácil ser quien soy, Aida. Hay decisiones que tomar, y no siempre son las correctas —admite, su tono grave llenando el espacio entre nosotros.

—¿Qué tipo de decisiones? —pregunto, sintiendo que mi curiosidad se transforma en una necesidad de saber más.

—Decisiones que pueden afectar a muchas personas. No estoy aquí para hablar de mi vida, pero te diré que no es lo que parece. La mafia no es solo poder y lujo; hay un lado oscuro que nadie ve —su voz tiembla ligeramente, y por un instante, me parece vulnerable.

El silencio se hace pesado. Por un lado, estoy fascinada, pero también asustada. Hay un abismo entre nosotros, un espacio lleno de advertencias y riesgos que aún no comprendo del todo. Sin embargo, en este momento, siento una conexión, como si ambos estuviéramos dispuestos a explorar lo desconocido.

De repente, un grupo de hombres entra al restaurante, y la atmósfera cambia. Ellos hablan en voz baja, miradas furtivas que recorren el lugar. Mis instintos se activan, y no puedo evitar sentir que la cena ha tomado un giro inesperado. Damon parece darse cuenta también; su expresión se vuelve más seria, y por un momento, olvido mi propia inquietud al centrarme en él.

—¿Todo está bien? —pregunto, mi voz un susurro.

—Sí, solo un pequeño contratiempo —responde, su mirada fija en el grupo. Hay tensión en su cuerpo, y por un momento, el peligro que lo rodea se vuelve palpable.

Decido que no puedo dejar que el miedo me consuma. En su lugar, intento mantener la conversación ligera, hablando sobre mis propios sueños y aspiraciones. Pero a medida que la noche avanza, siento que la barrera entre nosotros se estrecha, como si el destino nos empujara a un punto crítico.

Finalmente, cuando el grupo de hombres se retira y la tensión se disipa, Luca me mira con una intensidad que me hace contener la respiración.

—Gracias por ser tan comprensiva, Aida. No todos entienden lo que implica mi vida. —Su voz es un susurro lleno de significado.

—Tal vez me gustaría entender más —digo, sintiendo que estoy al borde de algo importante.

En ese instante, sé que estoy lista para cruzar esa línea. A pesar del peligro, hay una parte de mí que quiere seguir explorando este camino junto a él. ¿Qué riesgos estoy dispuesta a correr por descubrir lo que hay más allá de las sombras de su vida?

La pregunta resuena en mi mente mientras la noche avanza, y un nuevo capítulo se abre ante mí. La atracción es innegable, pero el camino que elijo a partir de ahora definirá quién soy realmente.

𝓱𝓸𝓵𝓪𝓪𝓪𝓪 𝓬𝓱𝓲𝓬𝓪𝓼 𝓮𝓼𝓹𝓮𝓻𝓸 𝓵𝓪 𝓮𝓼𝓽𝓮𝓷 𝓹𝓪𝓼𝓪𝓷𝓭𝓸 𝓫𝓲𝓮𝓷.

𝓬𝓸𝓶𝓸 𝓵𝓮𝓼 𝓹𝓪𝓻𝓮𝓬𝓲𝓸 𝓮𝓼𝓽𝓮 𝓬𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸

𝓷𝓸 𝓼𝓮 𝓸𝓵𝓿𝓲𝓭𝓮𝓷 𝓭𝓮 𝓬𝓸𝓶𝓮𝓷𝓽𝓪𝓻 𝓶𝓾𝓬𝓱𝓸.

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