Las campanillas del reloj dieron exactamente las 12 am. La mansión estaba sumida en un silencio casi sepulcral solo podía oírse el tic tac de las manecillas del reloj, Harry caminaba de puntitas tratando de hacer el menor ruido posible antes de ello se percató de que todos estuvieran durmiendo. Mientras caminaba seguía viendo para todos lados siempre es mejor estar alerta pensó. Con sigilo se escabullo hacia el ala sur de la mansión.
El pasillo que conectaba esa área de la mansión con el resto parecía no terminar nunca Harry ya lo había recorrido la primera vez que llegó solo que ahora le parecía más tenebroso que antes no sabía si era porque estaba haciendo algo que no debía o simplemente por la tenue luz del lugar. Trago saliva y siguió su camino cuando el pasillo acabo se encontró en una sala enorme con estatuas que parecían sostener las paredes del lugar, recordaba que la puerta de la izquierda era el comedor privado de Malfoy entonces una de las dos puertas a la derecha debían ser la habitación de su jefe.
Tomo el pomo de la puerta más cercana al comedor privado y se encontró con otro pasillo, ¿Acaso este lugar es un laberinto? Pensó antes de adentrarse en ese lugar, a diferencia del pasillo anterior este solo era alumbrado por las leves llamas de unos candelabros incrustados en las paredes a mitad del mismo se alzaba el lienzo de una batalla entre ángeles y demonios. Harry se detuvo frente al cuadro observando cada detalle, giro su cabeza hacia un lado cuando presto más atención al que parecía ser el personaje principal del cuadro este portaba unas hermosas alas negras, Harry se acercó un poco más solo para ver la belleza de ese ser y como resaltaban los ojos carmín, podría jurar que el personaje del cuadro y Draco Malfoy eran la misma persona pero seguramente el artista se inspiró en quien pago el cuadro.
Harry siguió caminando hasta llegar a una sala circular con enormes ventanales, recordaba haber visto este lugar desde afuera cuando limpiaba el jardín pero no había notado que incluso el techo tenía cristales que dejaban ver el hermoso cielo estrellado. Dio un respingo al sentir que algo rosaba su pierna, soltó el aire que había retenido cuando se dio cuenta que era Arael.
─Casi me matas del susto pequeño ─susurró al gato mientras lo tomaba en brazos acariciando su cabecita, este le observo con sus enormes ojos amarillos y maulló en repuesta. ─No le digas a nadie que estoy aquí ¿sí?
El gato solo pestañeo antes de bajarse de los brazos de Harry e ir hacia una de las salidas de la sala circular, desde allí maulló nuevamente como si quisiera decirle algo antes de mirar hacia la salida. Harry miro al minino extrañado pero igual se acercó hacia donde este se hallaba notando que allí comenzaban unas escaleras que seguro daban al campanario.
─ ¿Quieres que suba por aquí? ─pregunto negando de inmediato ahora se había vuelto completamente loco hablando con un gato pero para su sorpresa el gato volvió a maullar dando unos pasitos hacia la escalera subiendo al primero de los escalones. ─Bueno ya he llegado hasta aquí ver a dónde va eso no me hará daño ─se dijo a sí mismo siguiendo los pasos del animal.
La escalera iba en forma de caracol Harry creía que no tenía final, y se juraba que desde afuera no había notado que la mansión fuera tan alta cada vez que se detenía era molestado por el felino que parecía alentarle. Cuando al fin llego al final de la escalera vio que esta tenía dos salidas una que iba al campanario y otra que daba a una puerta rustica. El felino rasco esta puerta como diciéndole que vaya por ahí aunque Harry tenía curiosidad por ver el campanario ya que en el orfanato ese era su lugar favorito donde podía encontrar paz. Sin embargo los insistentes movimientos del felino le hicieron esquivar aquel camino.
La puerta solo daba a un balcón interno ¿Quién pone un balcón interno? Pensó Harry observando que esa pequeña pieza de arquitectura parecía más bien el balcón vip de una sala de teatro ya que frente a él se podía ver unas enormes ventanas con cortinas rojas que bien podían pasar como el telón del teatro.
─No sé qué quieres que vea pero aquí no hay nad... ─su plática con el felino fue interrumpida por un sonido extraño. Harry se agacho escondiéndose principalmente por temor a ser descubierto vagando por donde no debía, agudizo sus sentidos para tener certeza del lugar del que provenía el sonido. Notó entonces que las ventanas frente al balcón se habían abierto y las cortinas eran mecidas por la brisa de la noche, agazapado teniendo como cobija la oscuridad se asomó apenas por una hendidura que tenía el balcón ya que el mismo estaba tallado con varias de ellas.
La respiración de Harry pareció detenerse un instante por lo que sus ojos veían, frente a él se hallaba una mujer de cabello largo la cual no hacía más que gemir de absoluto placer. Llevo una de sus manos a su boca tratando quizá de evitar que incluso su respiración fuera oída, entonces notó las ataduras en las muñecas de la chica las cuales le obligaban a mantenerse en cuatro bajo el imponente cuerpo de Draco sin embargo la chica no parecía en lo absoluto molesta por la posición. Harry también noto la cinta roja que quitaba la visión de la mujer y como una de las manos de Draco clavaba sus yemas en uno de los glúteos rosáceos de la chica. Trago saliva y siguió observando, Draco tiro de los cabellos de la chica logrando así ir más profundo y otro gemido sonoro escapo de la boca de la mujer. Lo pechos blanquecinos de la chica se mecían al unísono con las brutales embestidas de Draco, Harry intentaba inútilmente apartar la vista pero estaba hipnotizado con la imagen, sus ojos pasaron a delinear el cuerpo de su jefe, la forma en que los músculos bien trabajados del abdomen de Draco se contraían en cada movimiento y un calor desconocido comenzó a aflorar en su interior.
Su mente le decía que estaba mal lo que hacía pero sus ojos no se apartaban y el calor fue directo a su ingle haciéndole notar que su cuerpo también estaba respondiendo a los movimientos de Draco. Harry siguió allí mirando hasta que sus ojos dieron directo en los de Draco y aunque quiso ocultarse una fuerza sobrenatural lo obligó a quedarse allí viéndolo directamente. Draco se relamió los labios y sonrío ladino sin despegar la mirada de los ojos de Harry, claro que este pensó que en realidad Draco no podía verlo y que era su imaginación la que le decía lo contrario.
No supo en que momento su diestra fue a parar sobre su falo pero cuando se dio cuenta de ello ya estaba acariciándose a sí mismo por sobre la tela de sus pantalones imposibilitado de detenerse ya que la sensual mirada de Draco parecía envolverle e instarle a ir más allá, podía jurar que escuchaba el susurro de Draco en su oído. Un nuevo gemido de la mujer lo trajo de vuelta a la realidad miro su mano y negó repetidas veces volviendo tras sus pasos corrió escaleras abajo ya no le importaba ser cauteloso todo lo que quería era huir de ese lugar, huir de la mirada de su jefe.
Corrió hasta que estuvo en la zona de los dormitorios de la servidumbre recién allí se permitió detenerse tomando bocanadas de aire. Una mano se posó sobre su hombro haciendo que pegue un grito.
─ ¡Que carajos Harry! No grites ─Tom ordenó─ ¿Qué haces despierto? y ¿Por qué parece que viste un demonio?
─Yo... ─trataba de recuperar el aire─ No...
Tom le miro por un instante y luego suspiro. ─Ven vamos a tu habitación debo contarte algunas cosas.
Harry asintió y siguió ya más tranquilo a su amigo de la infancia, en el camino se prometió no volver a curiosear dónde no debía.
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Koi No Jokan
FanfictionKoi no Yokan es un término japonés que se define como la sensación al conocer a alguien de quien inevitablemente te enamoraras. Sin embargo que pasa cuando ese alguien carcome tu inocencia arrastrándote a los lugares más oscuros del placer carnal. D...