Inocencia.

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Harry obligó a sus piernas a caminar con normalidad aunque su cerebro le gritaba por que corriera lo más lejos de ese salón, Sofía le miro curiosa notando su agitación de inmediato.

─ ¿Estas bien? ─pregunto la chica un tanto preocupada. ─El Sr. Malfoy parece intimidante pero es un buen amo a diferencia de otros señores feudales.

Harry solo asintió sin contestar volviendo por el pasillo hacia su dormitorio sin embargo en el camino notó que Tom escoltaba a un muchacho de facciones delicadas, el chico es realmente guapo, pensó Harry haciendo una reverencia ante el desconocido recibiendo una sonrisa pícara en respuesta. Vio como este seguía el sendero del cual él había venido y del cual quería huir pero su curiosidad pudo más por lo que no pudo evitar detenerse a seguir con la mirada al extraño muchacho.

─ ¿Quién es él? ─pregunto.

Sofía solo negó y tiro del brazo de Harry para que siguiera caminando. Harry quiso protestar pero la chica no le dio tregua.

─ ¿Por qué no me dices quien es? Y ya deja de arrastrarme ¡Sofía!

─Harry... ¿recuerdas las reglas?

El nombrado asintió. ─Pero ninguna decía que no puedo preguntar ─refuto.

Sofía solo suspiró deteniéndose justo frente a la puerta de la habitación de Harry, miró hacia todos lados y volvió sobre sus pasos para cerciorarse de que nadie viniera por el pasillo a Harry tanto misterio por parte de la chica lo estaba poniendo nervioso.

─Puedes dejar tanto misterio, me pones nervioso.

─Ese hombre viene a brindar sus servicios al amo ─susurró la pelirroja. Recibiendo por parte de Harry una expresión confusa por lo que rodo los ojos. ─Harry ¿de verdad no sabes?

─ ¿Es una especie de maestro? ─preguntó con total inocencia.

─Si eso quieres creer ─musito la muchacha soltando un suspiro cansino para luego despedirse del pelinegro con un gesto de su mano.

─No entiendo porque se molesta ─murmuro esbozando un puchero.

Una vez que estuvo nuevamente solo en la tranquilidad de su cuarto se arrojó sobre el mullido colchón disfrutando, se giró sobre sí mismo para observar el techo el cual era de mismo color que aquella enorme puerta del comedor, Harry se perdió en sus pensamientos y el brillo de los ojos del Sr. Malfoy impregnaron cada uno de ellos volvió a sentir ese escalofrío recorrerle su espina dorsal al recordar el carmín de los ojos de su jefe. Negó repetidamente con movimientos de su cabeza y fue hacia el cuarto de baño a asearse, se colocó su piyama el cual solo consistía en un pantalón de organdí y una camiseta blanca sin mangas, si bien el clima era bastante frío la estufa a gas que tenía en la esquina de su cuarto le daba un ambiente bastante cálido para dormir solo con esas prendas.

Se acomodó en el centro de la cama tapándose con el edredón cerró los ojos intentando conciliar el sueño pero cada vez que cerraba sus parpados la imagen del Sr. Malfoy parecía torturar su psique, giro varias veces hasta que no pudo más. Frustrado se sentó a observar a través del vidrio de su ventana, más allá se podía apreciar el lado de la mansión al que tenía prohibido acercarse, agudizo su vista y pudo ver una tenue luz en el lugar. Acomodo su codo en el umbral de su ventana sosteniendo su rostro con su palma sin dejar de ver hacia el ala sur.

─ ¿Qué esconderá? ─murmuro.

De pronto la voz de Malfoy sonó en su mente como si este le estuviera susurrando "Si dejas volar tu curiosidad serás castigado" Harry se enderezó del susto miró de izquierda a derecha y soltó una risita.

Koi No JokanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora