❛❛ mi suerte la usé en encontrarte a ti ❜❜
Donde Violet y Charles aún se aman pero son muy tontos para notarlo
O
Donde las inseguridades son el mayor problema
《 charles lecrerc ft. violet chisholm 》
《 misplaced charms trilogy 》
《 social media ft...
Violet dejó la invitación a un lado, mirándola como si fuera un acertijo imposible de resolver. Por un lado, sentía la emoción de descubrir algo nuevo, algo que la sacara de la monotonía en la que se había sumido últimamente. Por otro lado, el miedo al cambio parecía apoderarse de ella.
Se levantó del sofá y caminó por la habitación, deteniéndose frente a su estantería. En el fondo, había un álbum de fotos que no había tocado en años. Lo sacó con cuidado y lo abrió. Allí estaba: una foto de su primera gira con las chicas. Todas sonreían, abrazándose y llenas de ilusión. ¿En qué momento dejamos de arriesgarnos así?, pensó.
Recordó lo que su mamá siempre le decía: "A veces, las mejores cosas en la vida son las que más miedo nos dan al principio".
Sin pensarlo demasiado, agarró un cuaderno y comenzó a escribir:
Razones para ir a Japón:
1. Necesito un cambio.
2. Podría encontrar inspiración para nuestra próxima etapa como banda.
3. Estoy demasiado cómoda, y eso no es bueno.
4. Porque quiero demostrarme que aún puedo atreverme.
Violet dejó el bolígrafo y miró la lista. Todo parecía claro ahora. No se trataba solo de Japón; se trataba de ella, de reconectar con esa versión que alguna vez había sido.
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Nueva ropa y nuevo viaje 👌
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New pov: Charles Lecrerc
El bullicio del paddock siempre había sido un refugio para Charles. Entre entrevistas, reuniones técnicas y el sonido inconfundible de los motores, no había mucho espacio para pensar en nada más. Era una rutina que, aunque agotadora, lo mantenía enfocado.
Pero ese día se sentía diferente.
Estaba sentado en la sala de reuniones de Ferrari, rodeado de ingenieros que discutían estrategias y tiempos de vuelta. Charles asentía cuando era necesario y tomaba notas mecánicamente, pero su mente estaba en otro lugar.
El eco de una risa familiar lo sacó de su ensimismamiento. Miró hacia la ventana de vidrio que daba hacia afuera y vio un grupo de periodistas charlando con alguien. Desde su ángulo, no podía ver quién era, pero esa risa…
Sacudió la cabeza y volvió su atención a la pantalla frente a él. No podía ser ella. Violet no tenía razones para estar en un Gran Premio, y mucho menos en este. Pero la idea ya había plantado su semilla, y de repente, todos los recuerdos que había logrado enterrar durante los últimos dos años comenzaron a filtrarse.
La manera en que solía burlarse de él cuando fallaba en las lecciones de baile que ella le intentaba enseñar. Cómo siempre sabía exactamente qué decir para calmarlo antes de una carrera.
—Charles, ¿todo bien?
La voz de su ingeniero lo devolvió al presente.
—Sí, todo bien— mintió, enderezándose en su asiento.—¿Puedes repetir esa última parte?”
El resto de la reunión pasó en un borrón. Cuando finalmente tuvo un momento para sí mismo, se dirigió al hospitality de Ferrari. Tomó una botella de agua y se dejó caer en una silla, observando todo el ajetreo desde la ventana.
La idea de que Violet pudiera estar allí lo hacía sentirse inquieto, aunque no entendía por qué. Habían pasado dos años. Ella tenía su vida, él tenía la suya. Y aun así, la posibilidad de verla lo desestabiliza de una manera que no quería admitir.
Cerró los ojos por un momento, intentando concentrarse. La práctica 1 estaba a solo unas horas, y necesitaba despejar su mente. Pero en el fondo, sabía que si ella estuviera allí, ni el rugido de los motores podría ahogar lo que sentía.
