MY LUCK!!!, Charles Lecrerc

pijamada Check...

La sala estaba iluminada con una tenue luz cálida, las almohadas y mantas estaban esparcidas por todos lados. Una torre de snacks ocupaba la mesa de centro: bolsas de papas, chocolates, y un enorme tazón de palomitas de maíz que Evangeline había hecho hace un rato.

Violet estaba recostada en el sofá con la mirada perdida en el techo. Llevaba un rato así, jugando con el cordón de su sudadera, mientras sus amigas, se acomodan alrededor. Evie, colocó un par de botellas de vino frente a ellas.

—¿Vas a seguir suspirando como si estuvieras en una novela trágica o nos vas a contar qué te pasa? —dijo la rulosa, rompiendo el silencio.

Violet frunció el ceño y tomó una almohada para lanzarla. Evie la esquivó con una sonrisa burlona, pero Francesca la observó con más atención, como si intentara leerle la mente.

—No es nada —respondió Violet, encogiéndose de hombros, pero ambas sabían que era mentira.

Vie quería evitar hablar de Charles, ya se había expuesto en el chat grupal con las chicas, no pensaba hacerlo otra vez.

—Claro que es algo —insistió Francesca, sentándose a su lado y tocándole suavemente la pierna—. Llevas días rara, más callada de lo normal. ¿Es por… él?

Violet cerró los ojos por un momento, deseando que el suelo la tragara, pero sabía que no podía evitarlo más.

—Sí… es Charles —admitió en voz baja, abriendo los ojos solo para ver cómo sus amigas se miraban entre sí con esa expresión de "lo sabíamos".— Lo extraño, ¿ok? Ya pasaron dos años, pero no importa cuánto lo intente, no puedo sacarlo de mi cabeza.

Francesca la abrazó de inmediato, mientras Evie dejó el control remoto de la televisión y se arrodilló frente a ellas.

—¿Por qué nunca nos dijiste que todavía te sentías así? —preguntó Evie con tono serio.

—Porque me siento ridícula —dijo Violet, soltando una risita amarga. —Fui yo quien terminó la relación. ¿Cómo voy a decirles que extraño a alguien que yo misma alejé?

—No eres ridícula, Vi —intervino Francesca—. A veces terminamos cosas porque creemos que es lo mejor, pero eso no significa que no duelan.

—Exacto —añadió Evie—. Además, todo el mundo sabe que tú y Charles eran… especiales. Eso no desaparece de la noche a la mañana.

Violet suspiró y dejó caer la cabeza en el hombro de Francesca.

—Gracias, chicas. De verdad. Pero no sé cómo seguir adelante. Todo me recuerda a él, incluso cuando estoy componiendo. Es como si aún estuviera conmigo y es verdaderamente molesto.

—Pues úsalo —mencionó Evie con un destello en los ojos—. Escribe sobre eso. Sabes que las mejores canciones salen de momentos como este.

Violet asintió, aunque no estaba completamente convencida. Se quedaron en silencio un rato mientras Evie buscaba una película para distraerlas. Cuando finalmente eligió algo, Violet intentó concentrarse, pero fue imposible.

Sacó su cuaderno y un bolígrafo de la mesa, apoyándose contra el brazo del sofá mientras comenzaba a escribir. Al principio solo eran frases dispersas, palabras que parecían no tener conexión, pero poco a poco empezó a tomar forma: una historia de amor.

Fran notó lo que estaba haciendo y le dio un pequeño codazo a Evie, señalando a Violet.

—¿Qué estás escribiendo? —preguntó Evie, curiosa.

—Nada importante —respondió Violet sin levantar la vista, pero ambas amigas intercambiaron miradas cómplices. Sabían que lo que estaba haciendo no era “nada”.