nine

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Aera

Era extraño, el cambio que sentí en mí cuando Jungkook se acercó. No sabía por qué, pero algo en su presencia había dejado de incomodarme tanto. Al principio me sentía intimidada, pero ahora, cuando estaba cerca, la tensión en mi cuerpo comenzaba a desvanecerse.

No sabía si era por su manera de mirarme, o por la forma en que me hacía sentir, como si todo lo que hiciera fuera importante, como si todo en mi vida pasara a segundo plano cuando él estaba cerca.

El café de esa mañana había sido incómodo, pero no tanto como las veces anteriores. Su cercanía, su mirada, de alguna manera, no me asustaban tanto como antes. Quizás era porque no estaba tan segura de lo que sentía, o tal vez... tal vez algo en mí empezaba a cambiar.

Me di cuenta de que lo pensaba más de lo que debería. La idea de su mirada fija en mí, de esa promesa silenciosa en sus palabras, me hacía cuestionarme todo lo que había creído hasta ahora. No podía negar que algo en mí empezaba a responder a su presencia, aunque aún no entendía qué exactamente.

Al final de la tarde, cuando cerré la puerta de mi apartamento, no pude evitar sonreír un poco, aunque me sentía confundida. La verdad es que algo en mí había empezado a quebrarse. Algo en mí comenzaba a ceder a sus palabras, a su cercanía. Pero ¿era eso lo que quería? ¿Realmente quería ceder a lo que él parecía buscar?

Todavía no podía dejar de pensar en él. Jungkook. Cada vez que sus ojos se encontraban con los míos, sentía una especie de chispa, una electricidad que me recorría. Pero no solo eso. No solo era su mirada. Había algo en su forma de ser, en su presencia, que me atraía con una intensidad que no lograba entender.

El día de la cafetería seguía dando vueltas en mi cabeza. Su chaqueta negra ajustada, como si supiera exactamente lo que necesitaba para llamar la atención. Pero no solo eso. Algo más me hacía pensar en él con una insistencia que no podía controlar. Era la manera en que se movía, la seguridad con la que caminaba, como si nada ni nadie pudiera intimidarlo.

Y luego estaba el piercing. Esa pequeña pieza de metal en su labio inferior. Al principio pensé que era solo un accesorio, algo que podría haber sido innecesario, pero lo veía brillar cada vez que sonreía, y me hacía cuestionar por qué me fijaba en algo tan pequeño, tan insignificante para el resto del mundo. Pero para mí, ese piercing era parte de él. Como una marca, algo que lo hacía ser aún más... intrigante.

Lo que más me llamaba la atención, sin embargo, era su brazo tatuado. Cada vez que se movía, veía la forma del dragón en su piel, negro y detallado, como si contara una historia que solo él conocía. Lo observaba en silencio, sin querer ser demasiado obvia, pero no podía evitar preguntarme: ¿Hasta dónde llegaban esos tatuajes?

Me imaginaba su piel cubierta por más tatuajes, quizás una historia que se desbordaba de su cuerpo, marcada para siempre. ¿Qué pasaba por su cabeza cuando decidía hacerse uno más? ¿Lo hacía para recordar algo, para representar quién era, o simplemente era parte de su personalidad indomable?

Mi mente no podía evitar ir más allá. Pensaba en lo que representaban esos tatuajes. Me preguntaba qué tan profundo podía llegar a ser, si había algo más que mostraba con su exterior. Cada línea, cada sombra, parecía tener un propósito, y eso me mantenía atrapada en el misterio.

Ese día, mientras lo observaba, me di cuenta de lo mucho que me había acostumbrado a su presencia. Ya no me sentía tan incómoda cuando estábamos cerca. Algo en su actitud, en su manera de ser, había comenzado a quitarme ese miedo inicial, a hacerme sentir... más tranquila, incluso cuando estaba a solo unos centímetros de distancia.

Pero aún no sabía si debía seguir explorando lo que sentía. ¿Qué pasaría si me acercaba más? Si lo tocaba, si le preguntaba sobre sus tatuajes, sobre su vida, sobre todo lo que lo hacía ser quien era. ¿Qué si me dejaba llevar por la curiosidad y no pudiera regresar?

Lo observé una vez más mientras salía del café, la chaqueta negra ondeando suavemente mientras caminaba hacia su moto. No pude evitar preguntarme si algún día podría conocer lo suficiente como para entender qué lo hacía ser tan... fascinante.

𝒪ℬ𝒮ℰ𝒮𝒮ℐ𝒪𝒩  ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora