𝖾 𝗂 𝗀 𝗁 𝗍 𝖾 𝖾 𝗇

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𝗅 𝖺 𝗋 𝖺

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𝗅 𝖺 𝗋 𝖺

𝗆 𝖾  𝖾 𝗇 𝖼 𝗈 𝗇 𝗍 𝗋 𝖺 𝖻 𝖺  𝖾 𝗇  𝗎 𝗇  𝗏 𝗎 𝖾 𝗅 𝗈  hacia la cuidad de Austín en Texas, donde sería la próxima carrera y aproximadamente tenía cuatro horas de vuelo. Franco había llegado hace dos horas y por lo que me dijo iba a ir a buscarme al aeropuerto.

Despedirme de mamá y Tebi fue difícil y triste. No quería irme, quería estar con ellos y deseaba tanto que pudieran venir conmigo, pero la situación de mamá complicaba todo entonces tenía que volver a Argentina. Hablando de volver a Argentina, su vuelo hacia allá salía en media hora y lo que más me reconforta es que cuando sea el nacimiento de mi hermanito los voy a volver a ver, o sea, en ocho días.

Decidí acomodarme en mi asiento para poder dormir algo, ya que me desperté muy temprano y seguía siendo temprano, las seis y veinte de la mañana. Igual hace como diez minutos me encontraba hablando con Franco, pero de la nada al castaño dejaron de llegarle mis mensajes y pensé que capaz se le apagó el celular, entonces conecte mis auriculares y cerré mis ojos, para finalmente dormirme.

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Ya me encontraba bajando del avión, cansada y con toda la cara dormida, pensé que solamente iba a dormir una hora, pero me equivoque y dormí todo el vuelo. Caminaba por adentro del aeropuerto con mi mochila en la espalda y mis dos maletas sujetandolas con mis dos manos, hasta que llegue afuera del lugar y empecé a buscar con la mirada a Franco.

Supuse que el castaño iba a bajar del auto así lo reconocía más fácil, pero no. No lo encontraba por ningún lado y lo peor es que no me dijo en que iba a venir, entonces empecé a mandarle mensajes, mensajes que claramente no le llegaban.

Ningún mensaje le llegaba, solamente saltaba una rayita y se me hacía rarísimo, muy raro. Ya mucho paso desde que le envié los últimos mensajes cuando me encontraba en el avión y seguían sin llegarle.

Lo llene de llamadas y más mensajes porque estaba muy desesperada, ¿tan boludo tiene que ser para olvidarme en el aeropuerto?. Hace una hora que seguía acá y no había señales del castaño, mire mi celular con lágrimas en mis ojos viendo que ningún mensaje le llegó.

Pasaron veinte minutos y ya estaba decidida que iba a buscar un taxi o algo para que pueda llevarme, pero cuando me iba a levantar de dónde estaba sentada me acordé que no sé ni a dónde tengo que ir, ya que Franco no me dijo donde iba a quedarme y volví a sentarme, frustada. Me sentía perdida, las ganas de llorar invadían todo mi cuerpo y quería irme, la estaba pasando horrible. No pensé que Franco iba hacer esto.

Hasta que levanto la mirada del suelo y de lejos veo una figura que se me hacía conocida, cuando más se iba acercando me di cuenta que era Franco. Venía rápido, cuando me vio apresuro más el paso y sin dudarlo me levante enseguida.

f o r e v e r . franco colapintoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora