𝚄𝚗𝚊 𝙻𝚕𝚎𝚐𝚊𝚍𝚊 𝙸𝚗𝚎𝚜𝚙𝚎𝚛𝚊𝚍𝚊「JiChen」

9.

El coreano conducía por las calles para poder llegar a la Universidad.

Había estado pensando en ponerse a trabajar en la empresa de su familia, ya que sería padre y necesitaba el dinero para mantener a su hijo.

El dinero no era problema para él, ya que su familia contaba con mucho dinero, pero quería ganar dinero por el mismo, por otra parte, quería poder estar presente en cada etapa del embarazo de Chenle, así que el trabajo tendría que esperar por un tiempo. Otras cosas que rondaba por su cabeza era como pedirle al chino que estuviera con él cuando hablara con su madre, ya imaginaba a Chenle diciéndole: "Es tu mamá, tú se lo dices solo", y él tendría que calmarse para no gritarle.

Entró al estacionamiento de la universidad y apagó el motor del auto, para luego bajarse. Lo primero que pudo distinguir fue a Chenle platicando con Renjun en unas bancas cercanas.

Así que caminó hacía ellos. Algunas personas lo miraban con ojos soñadores, para Jisung era algo normal ya que era atractivo.

Al estar a pocos metros de ambos chicos, sonrió por la manera en que los ojos de Chenle se arrugaban cada vez que sonreía en grande para luego volver a la normalidad, y como aquellos brillaban. Puede que Chenle la mayoría del tiempo se queje de todo, pero sin duda tenía que reconocer que el castaño tiene su encanto...

El castaño levantó la mirada y se encontró con la de Jisung, por unos minutos se sostuvieron la mirada. Pero Chenle la desvió poniendo su atención en lo que Renjun le comentaba. Sintió a Jisung sentarse a lado suyo.

—Hola, ¿No sabes dónde está Jeno? No me contesta los mensajes —habló Huang dirigiéndose al coreano. Este negó algo confundido porque Jeno casi no faltaba a clases.

—Tal vez se sintió mal —se encogió de hombros. Hablo dirigiéndose a Chenle. —¿Ya desayunaste?

—No, de hecho, íbamos a ir la cafetería —informó mirando a Jisung.

—Vamos, te voy comprar algo para comer. Siempre andas comiendo chucherías —Renjun rio, y Chenle hizo un puchero. —Ni creas que con esa carita vas hacerme cambiar de opinión.

—Bien —bufó levantándose sin prisa para que los mareos no se hagan presentes. —¿Vienes Renjun?

—Creo que yo esperaré aquí un rato más—dijo el otro chino.

𖥸

Ambos chicos caminaban juntos hacia la cafetería. Jisung veía como Chenle bostezaba de vez en cuando y como se restregaba sus manos en sus ojos tratando de alejar el sueño de su sistema.

—¿Qué tanto me miras? —soltó Chenle cuando sintió la mirada de Jisung sobre de él.

—Espera —detuvo a Chenle del brazo. —Necesito preguntarte algo... —el castaño se cruzó de brazos alzando una ceja, esperando a que Jisung le preguntara. Park se mordió el labio. —Le diré a mi madre que estamos esperando un hijo... —suspiró. —Y necesito que estés allí para que mi madre no piense que estoy bromeando.

—Jisung...

—Ya sé que no te importa cómo se lo diré a mi familia —el castaño dejó de escucharlo y se sintió herido por la forma en que Jisung pensaba acerca de él.

—¡Claro que me importa! —dijo dolido, sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas. Se sorprendió ante esto porque estaba llorando por algo sin importancia.

—Chenle, no llores... —Park lo atrajo a sus brazos. Ya se le estaba haciendo costumbre hacer eso. Nunca pensó que podría estar así con Chenle, porque probablemente si lo hubiera hecho hace algún tiempo hubiera recibido un golpe, pero le gustaba más este Chenle.

Claro que también ama al Chenle malhumorado, al enojón.

—Si me importa, quiero estar allí cuando se lo digas —el castaño sonrió de lado apretando más a Jisung. —Creó que yo también tengo que hablar con mi madre...

—Estaba pensando que estaría bien el sábado —se alejó del abrazo. —¿Quieres que hablemos con tu familia primero?

—Prefiero primero que hables con tu familia y si se lo toman bien, entonces ya hablamos con la mía —sugirió Chenle.

—Claro, que me maten primero a mí —dijo bromeando.

Chenle sonrió en grande y asintió.

El coreano solo negó y reanudaron su caminata a la cafetería.